viernes, 20 de enero de 2012

Ideas

Si de algo está falto el Partido Socialista es de ideas, pero esta carencia no le afecta solo a él, sino a toda la socialdemocracia. Los tiempos han cambiado mucho en veinte años y los socialistas nos hemos quedado sin discrusos convincentes (no hablemos sin personal, pues creo que están en el candelero muchos que no debieran estar). La fogografía de la izquierda ilustra, creo yo, a la perfección, la frivolidad y la estupidez en que han caído algunos dirigentes socialistas, que se han creído que con una gracieta y con una sonrisa se va a ilusionar a un electorado crítico, necesitado de soluciones y verdaderamente de izquierdas. 

El Partido Socialista necesita decir con claridad lo que le separa del Partido Popular y de todos los partidos conservadores, incluidos los nacionalistas, que lo son tanto como los nacionalistas españoles. Necesita decir que no va a renunciar a los logros conseguidos en materia educativa y sanitaria; muy al contrario, que los va a implementar, pues son coquistas irrenunciables de las que no se puede prescindir. Necesita decir que va a tener una política medioambiental razonable, ni entregada a intereses económicos espúrios ni a los ecologistas románticos e irracionales. Necesita decir qué va a hacer con el crédito público, dilapidado hoy en beneficio de la banca privada; qué va a hacer en política internacional con el Polisario, con la Unión Europea, con la Internacional Socialista, con el Mediterráneo y los países musulmanes, con Estados Unidos y sus contradicciones, con China, Brasil, India y otros países emergentes; con las políticas proteccionistas de la U.E. que perjudican gravemente al tercer mundo; necesita decirle a la sociedad, alto y claro, qué va a hacer con los casos de corrupción pública, si va a combatir los paraísos fiscales o no, si va a combatir el fraude fiscal o no y cómo lo va a hacer, si va a destinar más recursos a becas y a parados o no; pues a muchos no nos vale la receta de la austeridad, ya que la misma va dirigida solo a unos grupos sociales y no a todos. Austeridad sí para la Administración, para los gastos corrientes, para los sueldos de los directivos, para los de los altos funcionarios, para los de los gobernantes; austeridad en obras faraónicas; austeridad en pensiones vitalicias, austeridad en subsidios indebidos; austeridad en viviendas vacías; austeridad en gastos supérfluos; austeridad en viajes y prebendas, en donativos y otras milongas. Los recursos de la U.E. que van dirigidos a terratenientes pueden ir a otros fines. (Véase el video en la red sobre los concejales y alcalde de Tres Cantos, Madrid, que clama al cielo). 

El Partido Socialista necesita apostar por la unión orgánica con Izquierda Unida (a medio plazo), por acuerdos discutidos y razonables con los sindicatos de clase; necesita decir si va a permitir o seguir permitiendo los privilegios de la Iglesia católica: hay muchos votantes socialistas que son católicos, pero menos que son tontos, y se puede apoyar a la Iglesia, como a toda ONG que haga una labor social, pero no mantener privilegios injustos, antijurídicos y (doctores tiene...) anticonstitucionales. 

Hay un problema grave de modelo económico: no tiene solución a corto plazo, pero sí si se converge con otros partidos socialistas europeos y no europeos: con la facción de Lafontaine, con el "nuevo" socialismo francés, con los sectores republicanos y progresistas italianos, con los socialistas griegos, que podrían volver a ganar las elecciones próximamente, con el gobierno socialista danés, con los socialistas escandinavos, con el Brasil progresista, con la oposición socialista chilena, con los líderes y organizaciones progresistas del tercer mundo. Menos FMI, menos BCE, menos pamplinas y más alternativas; pues no es posible que las grandes corporaciones mundiales de la economía sean inmunes a una coalición, también mundial, del campo progresista. Para ello se necesitan ideas, discutirlas con franqueza y vehemencia, tener liderazgos y apostar fuerte. Lo contrario es "un nuevo sabor para... tí" (ver la ilustración de arriba).

L. de Guereñu Polán.

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