sábado, 19 de mayo de 2012

La "clase política"

Está generalizada la frase con la que titulo éste artículo, y lo peor es que está generalizada tanto entre personas de izquierda como de derecha, con lo que se pone de manifiesto el grado de desideologización a que hemos llegado, incluso entre personas que han tenido la oportunidad de formarse, de estudiar y de ostentar títulos universitarios. 

No existe una clase política, sostengo yo: ¿por que? Pues por la sencilla razón de que, si así fuese, no tendría sentido el debate político, la pugna democrática y el mismo régimen que tenemos. Una clase, desde siempre, está formada por un grupo social que se define por los intereses que defiende en relación al papel que juega en la sociedad. La sociedad de clases, que se configura con el liberalismo y más aún con la revolución industrial, permitió distinguir a proletarios de burgueses, a explotadores de explotados, a clase media de "lumpemproletariado", al obrero industrial del pequeño propietario agrícola, a la oligarquía de los negocios y las finanzas de los que vendían día a día su fuerza de trabajo para recibir a cambio un salario.

Marx y Engels hicieron una simplificación muy esquemática de las clases sociales en el siglo XIX en función de lo que ellos intentaban explicar históricamente, aunque eran conscientes de que la sociedad no se limitaba a la burguesía y al protelatariado. Max Weber, más tarde, hiló más fino y definió a las clases sociales por los intereses que representaban y defendían, pero también por la cultura adquirida (cultura como forma de vida) y por el grado de instrucción o capacitación técnica alcanzada. 

Si los políticos perteneciesen todos a una misma clase ("la clase política") ello querría decir que tienen los mismos intereses, que defienden los mismos objetivos, que se sienten solidarios en sus formas de vida y aspiraciones: nada más aberrante, aunque en alguna ocasión pueda parecer que así es. Yo pido encarecidamente a los dirigentes socialistas y a todo aquel que se digne hablar con un mínimo de propiedad que no hable de la "clase política", sino de los políticos, que obviamente son distintos según las organizaciones en que militan, los programas que defienden y el modelo de sociedad al que aspiran. A no ser que quien me contradiga crea que todos los políticos aspiran al mismo modelo de sociedad, en cuyo caso apaga y vámonos. 

L. de Guereñu Polán.

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