viernes, 1 de junio de 2012

La destrucción de un país

Que hayan salido 97.000 millones de euros de España en el presente año como consecuencia de la crisis bancaria (léase desvalijamiento de bancos y cajas por parte de unos pocos) revela hasta que punto los de siempre tienen un concepto del patriotismo relacionado con sus intereses particulares mientras los poderes públicos están en la inopia. 

Entre enero y mayo de 2011 la situación era la inversa: la entrada neta de capitales en España alcanzaba la cifra de 20.800 millones de euros. Ya sabemos que el hecho de que España pertenezca a la Unión Europea permite la libre circulación de capitales (la de personas ya se ha puesto en cuestión "de facto") pero una cosa es eso y otra que el país se quede sin medios para solucionar los graves problemas que tiene. Cuando se dice que el país tiene graves problemas deben quedar claras dos cosas: que el Estado es el que se está manifestando insolvente para solucionar sus problemas ante la economía mundial y que son las clases más menesterosas, con rentas bajas, los pequeños empresarios, los autónomos y los parados los que soportan lo peor. El señor Rato y sus secuaces ya sabemos que no tienen ningún problema, ni económico ni de conciencia. 

Por si esto fuera poco la costa española, ya maltratada durante décadas, sigue sufriendo el acoso sin miramientos de los especualdores con la connivencia de gobiernos regionales y de la nación. Ahora le toca el turno a Valdevaqueros, en Cádiz, cuando todavía no está resuelto del todo el tema del Algarrobico y cientos más. El hotel construído en la costa almeriense (Algarrobico) y sobre el que ha recaído hace ya tiempo sentencia de demolición, sigue en pie y seguramente seguirá. La razón: un juez incopetente y corrupto que, tras dictar sentencia (porque de lo contrario se pilla los dedos) no la ejecuta, con lo que "ha quedado bien" y al tiempo ha satisfecho las aspiraciones de los propietarios del inmueble (mientras cientos de casas humildes se han demolido con el drama de sus moradores, personas sin influencias a las que ningún juez ha amparado). 

¿Cómo es posible no haber aprendido la lección de hace unos años y se pretenda urbanizar la zona anexa a la playa de Valdevaqueros con 1.450 plazas hoteleras y 350 viviendas? ¿No sabemos ya que se trata de un proyecto especulativo que favorecerá a dos listillos y dejará en la estacada a toda una comarca que vive del turismo? Y en la Junta de Andalucía andan los dos partidos gobernantes no poniéndose de acuerdo, como si pudiésemos estar con idioteces mientras la derecha acecha por si hay la más mínima crisis de gobierno. No se ha aprendido de Extremadura. 

Se proyecta también la urbanización en el cabo de Gata, espacio a proteger, con un hotel de 300 platas y 350 viviendas, no precisamente para trabajadores, sino para personas con saneadas rentas. Aquellos millones de euros que han salido de España, y que se encontrarán a buen recaudo en paraísos fiscales sin que la Unión Europea haga nada; la voracidad con la que algunos se quieren quedar con la costa española (las Rías Baixas en Galicia son "como un llanto", dijo alguien no hace muchos años) hacen que España se desangre, que su población más activa se movilice, que surjan voces que cuestionan el sistema y otros lo aprovechen para pedir a gritos una extrema derecha que no existe en España porque ya el partido que gobierna cubre su espectro. 

L. de Guereñu Polán.

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