sábado, 24 de agosto de 2013

NECESIDAD DE LA ELECCION DIRECTA DE LA SECRETARIA GENERAL EN LAS ORGANIZACIONES SOCIALISTAS.

 
NECESIDAD DE LA ELECCION DIRECTA DE LA SECRETARIA GENERAL EN LAS ORGANIZACIONES SOCIALISTAS.

Pachi Vázquez, el actual secretario general de los socialistas gallegos, y con él su equipo de mas cercanos colaboradores, finalizan su mandato con dos logros importantes: Haber conseguido aplicar el principio de un militante, un cargo orgánico y otro institucional; y haber conseguido -cierto que con limitaciones- que el próximo secretario general del PSdeG-PSOE sea elegido en primarias, es decir, mediante voto directo del conjunto de afiliados y afiliadas al partido. Algo que a simple vista parece lógico, pero que sin embargo no tiene precedentes, ni en el partido socialista ni en el resto de partidos políticos españoles.

Tengo dudas de que la experiencia (para algunos “experimento”) de las primarias gallegas se llegue a generalizar con carácter inmediato en el seno del PSOE. Y digo esto porque las reticencias hacia esta fórmula se han puesto de manifiesto en varias comunidades autónomas y también en el propio nivel federal del partido. Sí habrá primarias para elegir a los candidatos electorales en los diversos niveles, pero para la elección de los secretarios o secretarias generales del partido, no está tan clara la cosa.

Desde su constitución, la tradición en las organizaciones del PSOE, de la UGT y de las Juventudes Socialistas, ha sido siempre la democracia interna mediante voto delegado que se inicia en la asamblea local o en la sección profesional de oficio o de empresa, y se continúa después en los comités y congresos de niveles superiores. Es cierto que los tiempos han cambiado mucho, y hoy los medios de transporte y sobre todo los de comunicación, permiten, en circunstancias de normalidad democrática, unos niveles muy amplios de participación directa de los militantes, que ciertamente, en otras épocas resultaban muchísimo mas difíciles, incluso imposibles.

Sin embargo, el problema que se suscita hoy no es tipo de técnico, sino fundamentalmente político en un sentido amplio y profundo. Es un problema de democracia interna real por un lado, y por otro de quien influye y controla en realidad el poder en el partido y también en el sindicato.

Las organizaciones socialistas españolas son centenarias si, pero muy marcadas hoy por todo lo acontecido a lo largo de los últimos 35 años. Muy atrás quedan -incluso completamente olvidados por muchos- los duros años iniciales entre los finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, con la dictadura de Primo de Rivera, el triunfo de la II República, la llegada al Gobierno de España, la posterior guerra civil, la dura y cruel represión, la clandestinidad y los 36 años de exilio. Sin embargo, el peso de los últimos 35 años en la vida orgánica del PSOE y de la UGT es tan intenso que define y configura de manera sustancial su identidad actual. Las organizaciones socialistas asisten hoy al ocaso de una generación de dirigentes que, fruto del momento histórico, llevaron al partido y al sindicato a sus mas altas cotas de representación y poder político e institucional, al propio tiempo que -fruto ahora de una nueva coyuntura económica y política- se acercan a un fin de ciclo con su consiguiente declive, y se enfrentan a una crisis interna de gran calado.

Y con ello, también a un cierto colapso de sistemas y procedimientos de democracia interna, válidos y admirables durante años, pero que a los ojos de muchos hoy se asemejan a pesadas burocracias entre las que naufragan los esfuerzos de renovación y cambio que exigen los nuevos tiempos y demandan las nuevas generaciones.

No puede ni pretende ser el objeto de esta nota dar respuesta a tan importantes y graves cuestiones, pero si contribuir a dejar constancia de algo obvio para muchos: Le elección directa de los secretarios o secretarias generales, mediante voto personal de cada uno de los afiliados y afiliadas, parece una condición imprescindible para empezar a adecuar las organizaciones socialistas españolas a los nuevos tiempos. Y demorar o poner pegas a la generalización de este procedimiento, un grave error.

Xesús Mosquera Sueiro / 24 de Agosto de 2013.






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