domingo, 6 de octubre de 2013

¿A QUIEN DEFIENDE LA CEOE?


Las medidas políticas y económicas que nos impone la llamada Troika (FMI, BCE y Comisión Europea) responden a los intereses de las multinacionales, los grandes bancos y las grandes fortunas del mundo. Sus consecuencias para los trabajadores y las clases medias están siendo perversas y desastrosas porque extienden la pobreza y la miseria, a la par que están haciendo más ricos y los que ya lo son.

Desastre para los trabajadores y las clases medias sí, pero también para muchos miles de pequeños y medianos empresarios, que han desaparecido o se han arruinado. Nuestro tejido empresarial es el que es: pequeñas y medianas empresas en su inmensa mayoría, ahogadas por la caída del consumo, la falta de crédito o la subida del IVA, entre otros males. Pequeñas y medianas empresas a las  que la reforma laboral del gobierno no le ha servido de mucho, pues salvo poder cerrar con un menor coste en algún caso, ya venían pagando salarios bajos, con contratos temporales y en precario, de modo que para ellas el despido ocasional y sus costos no era en modo alguno el problema. La reforma laboral ha beneficiado y mucho a la banca, a la reconversión de las cajas de ahorro en bancos, y a las multinacionales instaladas en nuestro país con fuertes exportaciones. Empresas multinacionales que, sin negar su importancia para la economía española, en muchos casos solo dejan en el país lo que pagan por unos salarios cada vez más bajos, cotizaciones sociales, y unos impuestos también bajos que además consiguen evadir fácilmente. El resto es ganancia que se llevan, bien a paraísos fiscales o a inversiones en otros lugares. Nuestras mejores empresas, después de ser saneadas financieramente con dinero público y con despidos, se las está quedando el capital extranjero. Otras se cierran para evitar competencia.

Hemos de preguntarnos si la causa de la falta de crédito a muchas pequeñas y medianas empresas es de tipo técnico, o más bien algo premeditado, pensado, y por lo tanto de carácter ideológico y político, en línea con el objetivo de “reestructurar la economía” concentrando la producción en menos empresas y propiciando la rápida desaparición de las menos eficientes. Esto unido a la pérdida continua de su valor, es lo cierto que favorece a las multinacionales extranjeras a las que el Gobierno se esfuerza en pedir que inviertan en España, y parece que lo están haciendo pero no para crear nuevas actividades sino para quedarse a bajo precio con lo mejor que tenemos.

De hecho, casi el 40% del volumen de negocio de la industria española está ya en las manos de empresas extranjeras. En los últimos tres años han desaparecido más de 20.000 empresas y 600.000 empleos solo en el sector industrial. Y en los dos últimos dos años han desaparecido en España 90 empresas cada día, hasta alcanzar en este período la cifra de 65.800 las que han dejado de cotizar a la Seguridad Social.

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), y con ella sus organizaciones territoriales y sectoriales, ha tenido siempre un serio problema de representatividad, que sin embargo muy pocos se han atrevido a cuestionar. Es una organización única, de manera que los empresarios nunca han podido elegir entre una u otra organización empresarial para representarles. Es una organización única en España, con una única estructura organizativa en cada región comunidad autónoma o provincia, y en cada sector económico. La diferencia inicialmente establecida por tamaños, al crearse la CEPYME (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa) ha desaparecido en la práctica, pero además tampoco variaba el hecho de la existencia de una única organización empresarial.

Podemos afirmar sin error a equivocarnos que en la CEOE quien manda en realidad es la banca, no los empresarios y menos aún los pequeños y medianos. La banca manda por una doble vía: por sus cotizaciones e influencia a través de la poderosa AEB, la Asociación Española de Banca,  y porque la influencia de los bancos en las empresas es decisiva, bien porque participan directamente en los consejos de administración de las mas importantes, bien porque a través del crédito y la información de la que disponen tienen una influencia determinante. También porque los análisis, estudios, propuestas, etc. que elaboran los gabinetes de estudios y las fundaciones de la banca, son la guía que orienta a la CEOE en la toma de decisiones ante los grandes temas.

Además, los vínculos políticos e ideológicos de la CEOE con la derecha española y su principal partido, el PP, son también una evidencia. Se ha puesto de manifiesto en repetidas ocasiones por el que fuera su Presidente, Gerardo Díaz Ferrán, y su cuñado el actual Vicepresidente Arturo Fernández. Las relaciones institucionales privilegiadas con el poder parecen haber posibilitado importantes negocios a las propias cúpulas de las organizaciones empresariales, con la consiguiente contrapartida del apoyo político o el silencio acrítico.

Defender a los empresarios y a la economía del país, no puede hacerse diciendo amén a los intereses de las multinacionales y a lo que otros países nos imponen, ni dando coba y apoyo incondicional al partido político de la derecha también rendido y entregado a esos intereses. Esa no es la única opción posible, y eso es algo que muchos empresarios saben bien, lo malo es que no pueden elegir,  porque CEOE sola hay una.

Xesús Mosquera Sueiro.
6 de Octubre de 2013



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