Si lo que dicen las encuestas es verdad, el PP de
Mariano Rajoy volverá a ganar las elecciones, aunque lejísimos de la mayoría
absoluta, de manera que no podría acceder al gobierno sin la colaboración del
PSOE.
Descartada la fórmula
de “la gran coalición” por muchos motivos, entre ellos sus fracasos en Europa
incluida Alemania, los esfuerzos de los estrategas electorales del PP, con el
apoyo absoluto de los principales medios de comunicación del país, parecen
dirigirse a bloquear al PSOE, bien como opción de gobierno o bien como apoyo
imprescindible para que pueda hacerlo “Unidos Podemos”. Se trata de dinamitar
cualquier posible alianza de izquierdas, ya sea con sorpasso o sin él. Si el
PSOE supera a Podemos ¿cómo aliarse y ceder a las exigencias de estos “extremistas
bolivarianos”? Y si es al revés, si Podemos supera al PSOE ¿cómo apoyar a un
gobierno de “comunistas y extremistas bolivarianos”, que además lo intenta
desplazar de su propio espacio político?
Súmese a ello el
escollo de la situación en Cataluña y unas relaciones personales muy
deterioradas entre Sánchez e Iglesias, y tendremos un cóctel lo suficientemente
complicado para que Rajoy, a pesar de la losa de la corrupción, de las
mentiras, de la manipulación de las grandes instituciones del Estado, del
absoluto fracaso de sus políticas y de
la situación de emergencia social que vive el país, insista de nuevo en querer
ser reelegido presidente del futuro gobierno. Para ello no le basta la hipotética
colaboración de Ciudadanos, es imprescindible la del PSOE por ejemplo en forma
de abstención.
Claro que ¿puede el
PSOE abstenerse propiciando así la continuidad en el gobierno de Mariano Rajoy
y su PP? Parece evidente que no. No solo sería lo más parecido a un suicidio
político, sino un gran desastre para el país. Creo que los dirigentes
socialistas no ignoran esta realidad, y también creo que la militancia
socialista, al igual que se hizo recientemente por cuestiones de menor
trascendencia, habrá de ser llamada a consulta decisoria sobre el particular.
Lo dicho hasta aquí, no
deja de ser una elucubración teórica fruto de lo que dicen las encuestas de
opinión publicadas estos días. La realidad puede ser muy distinta tras las
votaciones del próximo día 26-J, pero lo expuesto viene a cuento porque son
muchos y notables los que llevan anunciando la muerte y el entierro del PSOE
basándose en lo que dicen las famosas encuestas, aunque resulte que, con esos
mismos datos, es el partido con más posibilidades de tener la llave para la
gobernabilidad del país.
Xesús Mosquera Sueiro /
6 de Junio 2016
1 comentario:
CREO QUE EL PARTIDO SOCIALISTA NO APOYARÁ NUNCA A UN CANDIDADO QUE NO SEA EL SUYO, SEA CUAL SEA EL RESULTADO DE LAS ELECCIONES, Y EN MI OPINIÓN HARÁ BIEN. EN CUANTO A ABSTENERSE PARA FACILITAR QUE GOBIERNE EL QUE SE PRESENTE (PORQUE RAJOY NO SE PRESENTÓ HACE CUATRO MESES) PUEDE QUE NO LE QUEDE MÁS REMEDIO, REINICIANDO ASÍ UNA OPOSICIÓN QUE LE HAGA REMONTAR EN LOS PRÓXIMOS AÑOS (NO PREJUZGO CUAL SEA EL RESULTADO DEL PSOE EL 26-J). ¿UNA PERSONALIDAD DE CONSENSO, PRESTIGIOSA Y PROGRESISTA PARA SACAR AL PAÍS DEL ATOLLADERO? LO VEO POCO PROBABLE PORQUE ¿QUIEN CON ESAS CARACTERÍSTICAS SE FIA DE LOS LOCOS DE IGLESIAS? Guereñu.
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