viernes, 10 de octubre de 2008

¿NACIONALIZAR?

Una vez constatado el fracaso del Mercado libérrimo, que algunos propugnaban como dios infalible de un sistema social en el que la mano invisible del dios repartiría los bienes, eso sí solo a los justos, en vez de renegar de su fe y aceptar sus errores los dirigentes neocons ,que nos han intentado imponer su sistema, persisten en salvar lo esencial del mismo mediante la socialización de las perdidas haciendo algo que ellos llaman nacionalizar, en palabras del que fue máximo guardián de las esencias liberales Alan Greenspan “poner dinero público para evitar más victimas”.
Lo que ocurre es que nacionalizar no es, nunca ha sido, repartir la miseria, en este caso fruto del ejercicio de la avaricia de unos pocos, aún cuando también ha existido un cierto contagio de buena parte de la sociedad. En la cultura de la izquierda occidental nacionalizar ha sido sinónimo de recuperar para todos la propiedad de alguna riqueza con la que la naturaleza, la tierra o el trabajo habían dotado al conjunto de la sociedad, y que estaba siendo usufructuada por unos pocos para su exclusivo beneficio.
Así pues lo que se está haciendo no puede ser llamado nacionalizar, si el objetivo final no es dejar propiedad y futuros beneficios en manos públicas, y ese no parece ser ni el camino ni el destino perseguido.
Un ejemplo, Fannie Mae la empresa del mercado hipotecario que ha estado en el origen del actual caos ,fue creada en 1938 en USA por el Congreso como agencia estatal para ayudar a salir de la Gran Depresión, funcionó bien mientras estuvo en manos públicas, tan bien que cuando las ganancias la hicieron apetecible se privatizó (1968). ¿Alguien se cree que cuando el actual problema pase y genere beneficios no volverá a privatizarse con el burdo argumento, hoy demostrado claramente falso, de que la gestión privada es más eficiente que la pública?.
Si, hay que nacionalizar no solo una parte sustancial de la banca, sino también lo que se bebe, lo que se come y lo que se quema. El agua que beberemos cuando el cambio climático la convierta en un bien aún más escaso y valioso de lo que ya es. Lo que comeremos cuando la escasez o el precio de algunos alimentos los pongan fuera del alcance de los menos favorecidos, y la energía que garantizará que Galicia, España y Europa continúan en la parte del mundo desarrollado. Y hacerlo con la idea que todo ello se mantendrá como propiedad pública, posiblemente con resultados poco brillantes de gestión, pero también mucho menos vulnerables ante los egoísmos sin freno que desata el ultraliberalismo redentor.

Fdo: Isidoro Gracia

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo Isidoro. Estos anuncios de "nacionalizaciones" por parte de los grandes sacerdotes del libérrimo mercado, persiguen desesperadamente quedar exentos de culpa por las gravísimos irregularidades y fraudes cometidos.
Acabo de leer unas declaraciones del profesor Fernando González Laxe a un periodico coruñes en las que, preguntado porque las medidas adoptadas por los gobiernos no logran transmitir confianza, responde diciendo que "no lo logran porque ningún pais castiga a los que teóricamente son culpables, los que emitieron toxicidad económica o financiera. No están castigando a quienes emitieron cedulas, bonos o hipotecas toxicas y la gente, con buen criterio, exige transparencia y quiere que se castigue a los autores...".
Es cierto, y hay que ampliarlo a los responsables políticos ¿Como van a creer los ciudadanos al presidente Bush y al equipo económico que le rodea? E igualmente, ¿Son creibles las autoridaes económicas y monetarias europeas? Ellos son ahora una parte importante del problema. Además de medidas financieras y monetarias, hay que relevar a los gestores políticos quemados, y cuanto antes.

LUIS DEZA.

Anónimo dijo...

Creo que una parte importante del problema está en los bancos y en sus gestores que por lo visto no se fían unos de los otros, porque ha quedado en evidencia que en muchos casos sus cuentas están trucadas. ¿Qué pasa con el dinero que tienen los bancos y los banqueros en los llamados "paraisos fiscales y "empresas offshore"?, con semejantes prácticas ¿Quien su puede fiar de las contabilidades oficiales de estas entidades?.
Por cierto vaya escándaalo con los directivos de la Aseguradora norteamericana AIG, que después de su probada ineptitud, lo que provocó su rescate por la Reserva Federal de los Estados Unidos por importe de 85.000 millones de dólares, se van de juerga para celebrarlo con un derroche cercano al medio millón de dolares en la fiesta, y luego ¡son necesarios otros 37.800 millones adicionales para salvar la compañía!.
Claro que no son los únicos: Los directivos americanos del quebrado Banco Lehman Brothers cobrarán 1.725 millones de euros (2.500 millones de dólares) en primas tras hundirlo.
Mientras esto sucede,muchos miles, tal vez millones de personas se arruinan por su culpa, o pagarán con sus impuestos tanto derroche, ineptitud y falsedad.
¿Como va a recuperarse la confianza en estas condiciones?

Anónimo dijo...

Nacionalizar las pérdidas no es un método nuevo para la derecha. Recordemos lo ocurrido con Barreras o Astano entre otras empresas. Tampoco es una medida que los gobiernos no hayan puesto en practica en otras ocasiones, recordemos lo ocurrido con Rumasa, que incluía algunos Bancos. Recordemos también la intervención del Banco de España en Banesto. Es cierto que las circunstancias eran distintas, y que hubo una diferencia importante: Los responsables de las malas prácticas pagaron por ello. Con una circunstancia a tener en cuenta: la intervención o nacionalización contó siempre con el apoyo de los sindicatos y de la ciudadanía. Lastima que estas experiencias se olvidan pronto.
Por cierto, ¿Qué dirán ahora los augures del colapso del sistema público de pensiones? ¿Tienen los Fondos Privados asegurado el pago de las pensiones contratadas? ¿Tendrán que acudir tambien los gobiernos al rescate?.
Cierto que las circunstancias actuales son absolutamente diferentes por su dimensión, y tenemos que empezar a preguntarnos por las consecuencias inevitables para el sistema capitalista imperante a nivel mundial. También que puede ocurrir con China.
Finalmente otra pregunta: ¿Con la fenomenal caida del precio del petróleo, como no esta bajando en igual medida para los consumidores?

Anónimo dijo...

Se o problema e de credibilidade, e moi probable que a pesar das inxentes axudas públicas, a economía mundial non se reactive ata que teñan lugar as eleccións nos Estados Unidos (4 de novembro), e se os resultados permitan un verdadeiro relevo na Casa Branca e nas principáis institucións financeiras estadounidenses e internacionáis.
De calquera xeito a herencia Bush será catastrófica no plano económico, pero sobre todo no político e no humanitario. Minteu a conciencia e pisoteou sin contemplacións os Dereitos Humanos mais básicos, e moitos (incluidos aqueles que se autocalifican de ser os seus xenuinos defensores) miraron para outro lado. ¿Credibilidade?
Por certo, ¿Que din agora os seus socios españóis con Aznar a cabeza tan proclives ofrecer recetas cando ninguen as pedía?

L. de Guereñu Polán dijo...

Interesante este asunto: los ideólogos del socialismo en el siglo XIX no equiparaban dicha doctrina a la necesidad de nacionalizar. Antes bien, distinguían lo que debía estar en manos del Estado y lo que no. Así mismo opinó Berstein, que fue quizá el mayor crítico de Marx desde posiciones de izquierda. La revolución bolchevique hizo todo lo contrario: nacionalizó todo y tal cosa no tiene sentido. Catro en Cuba hizo seguidismo y así le ha ido al país (no obstante sus logros sociales). Keynes dejó dichco que al Estado no le interesa intervenir toda la economía, sino solo aquella que es estratégica para los intereses nacionales. Un dirigente español exlicó esto en una ocasión diciendo que al Estado no le interesaba ser dueño de las fábricas de bolsos para señoras o de cosméticos. Pero un sector público en materia de energía, una banca pública, una sanidad pública, una educación pública, una seguridad pública, un transporte público, investigación pública... esto sí creo que es irrenunciable. Un saludo.