jueves, 2 de septiembre de 2010

A CONTRACORRIENTE - 1. A FAVOR DE LA TECNOLOGÍA DURA.

Está de moda defender la tecnología verde, y yo que también estoy a favor del uso, lo más general posible, de ese tipo de tecnología, me he parado a pensar que podría ocurrir si no se mide el alcance de las decisiones, muchas veces indiscriminadas, en esa dirección, ya que los defensores de las alternativas acuden más a argumentos metafísicos y emocionales que a la realidad de los datos.
Aún está reciente la repercusión de la puesta en escena de los biocombustibles como panacea de sustitución del petróleo: alza de los precios de los cereales, hasta producir hambre en millones de personas. La U.E. tuvo que modificar sus decisiones y primar solo los biocombustibles con balance medioambiental positivo.
Pero generalizando algo más, ¿Qué ocurriría sin el uso masivo de productos de la tecnología dura?
Por ejemplo: los abonos, pesticidas y la selección genética de las semillas. La respuesta es simple: el hambre en pandemia, incluso en Europa. Aplicando las más avanzadas técnicas “verdes”, la UE solo podría mantener a menos de la mitad de sus 500 millones de habitantes.
Otro ejemplo: el uso masivo de energía. Sin ese tipo de tecnología, también las repercusiones son claras y evidentes: el colapso de la economía, la desaparición de las TIC (la mayor parte de las personas desconocen que la informática y la electrónica son productos de tecnología muy dura). La población sostenible europea, ya menguada en 250 millones de personas, tendría que volver a reducirse drásticamente.
Mientras no me garanticen que la especie humana (en la que me incluyo) dispone de medios y productos tecnológicos blandos y ecológicos, tan eficaces y suficientes, al menos como los actuales, procedentes, en su mayor parte, de las tecnologías más duras, yo defenderé que se sigan utilizando, eso sí de forma inteligente y controlada.

Agosto de 2010

Fdo: Isidoro Gracia (DNI 7752400C)

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