viernes, 18 de marzo de 2011

TRABAJO HEROICO, COBARDIA ASESINA Y GOBIERNO DE LOS MERCADOS

Corren tiempos en los que el trabajo y los propios seres humanos, cotizan a la baja, tratados como simple mercancía, convertidos en blanco de los especuladores y de “los mercados” para despojarlos de derechos y de dignidad. Por eso llama la atención y conmueve el trabajo de los profesionales que en la central nuclear de Fukushima arriesgan su vida para salvar las de sus compatriotas, sus vecinos, sus amigos. Los llaman “los liquidadores”, trabajan a obscuras, en condiciones penosas, algunos gravemente contaminados ya. Su trabajo es heroico, no tiene precio.
Contrasta este gesto de entrega absoluta al pueblo y a la sociedad de la que forman parte, con el comportamiento del dictador libio y su camarilla, capaces de asesinar sin escrúpulos, de masacrar sin clemencia a sus propios conciudadanos. ¡Que duro contraste! Los unos se inmolan para salvar las vidas de sus vecinos. Los otros gastan la inmensa fortuna robada a su pueblo para comprar armas y contratar mercenarios para asesinar a los hijos de su propio país y mantenerse en el poder a cualquier precio.
Y mientras esto sucede, los especuladores, los famosos “mercados”, cuales aves carroñeras incansables y sin escrúpulos, toman posiciones ya para sacar beneficios de los desastres: El Gobierno japonés denuncia maniobras especulativas para la revaluación del yen. La reconstrucción de Japón supondrá cifras astronómicas de dinero. Las multinacionales dueñas de la energía (la nuclear y la del petróleo) se mueven en la esfera internacional, presionando a los gobiernos, a los medios de comunicación, a las instituciones internacionales, atentas a sus intereses. Son el verdadero poder en este mundo deshumanizado, movido por el dinero y el lucro, que da la espalda a los derechos humanos.
La revista Forbes publicó recientemente la lista de los 1.210 súper millonarios del planeta. Ellos solos suman más de 4,5 billones de dólares, y su riqueza aumenta cada año. Por otro lado, son mas de mil millones las personas que sufren hambre crónica, una sexta parte de la humanidad, y la cifra también aumenta cada año. ¿Qué se ha hecho con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948?
Naciones Unidas no solo va con retraso y llega tarde casi siempre. Es que hay que replantearse su papel y acometer de una vez una reforma en profundidad de este organismo. Además, se echan en falta muchas voces: las de los humanistas que nos quedan, que son muchos pero se les oye poco. ¿O es que nos hablan y nos dicen pero los medios de comunicación ya no nos lo cuentan? Hay silencios clamorosos a nivel internacional. ¿Dónde están las iglesias cristianas, particularmente la católica? ¿No tiene nada que decir el Papa por ejemplo? ¿No tienen nada que decir los máximos dirigentes de las demás grandes religiones?
Al igual que Oscar Iglesias en un artículo reciente publicado en la revista Sistema Digital, yo también me pregunto ¿Dónde está la Internacional Socialista? ¿Quién es su Presidente? ¿No tienen nada que decir?

SUSO MOSQUERA
Marzo 2011

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