miércoles, 21 de diciembre de 2011

La primera en la frente

Aún no había tomado posesión como Presidente del Gobierno, y Don Mariano ya ha dado el primer golpe -siquiera sea verbal- contra los intereses de las clases trabajadoras en España. Ha dicho en su discurso de investiguda que promoverá un "contrato fijo con despido barato". Luego añadió que pretendía hacer una reforma integral del mercado laboral y cuanto antes, por lo que no es seguro permita el protagonismo que deben tener en este asunto los sindicatos y patronos.

La cuestión es la siguiente según la veo yo: ¿que contrato puede ser fijo si despedir sale barato al patrón? Porque la fijeza o seguridad del trabajador (que en la economía de mercado no es total nunca) se mide por las dificultades que la ley ponga al empleador para despedir a los empleados. Si el despido se abarata, no habrá, de facto, contrato fijo alguno, aunque se le quiera llamar así en la ley. 

Con estas ideas, que están inspiradas por la gran patronal (la CEOE) no creo pueda haber acuerdo con otros partidos políticos (estoy pensando sobre todo en el Partido Socialista) y con los sindicatos de trabajadores (excepto alguno de los amarillos que aún existen). El mercado laboral es la gran prueba de una economía que se dice "libre". Pero ¿de qué vale tener una economía libre si tenemos a una población esclavizada? Las personas que no saben si van a ser despedidas el mes que viene por su empleador, no son verdaderamente libres: ocuparán su tiempo y su pensamiento en preocupaciones y angustias, mientras que podrían ocupar dicho tiempo en formarse, leer o gustar del ocio bien ganado.

La derecha española siempre ha sido cicatera -y hasta cruel- en materia de legislación laboral; incluso durante la dictadura franquista, cuando la economia estuvo más intervenida, se hizo para garantizar los grandes negocios que han formado a buena parte de la burguesía española actual, entroncada con la que venía formada desde hace un siglo. En materia de legislación laboral (y quien esto escribe es funcionario y no tiene precariedad alguna en el empleo) o el Estado interviene para que no haya abusos o los habrá, máxime si una ley hecha a imagen y semajanza de la patronal lo permite, con despidos "baratos" según el recientemente electo Presidente.

Curavacas.

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