domingo, 29 de enero de 2012

Falsas políticas de austeridad

Me refiero a que cuando los gobiernos hablan de políticas de austeridad se refieren a las clases inferiores y medias, no a aquellas que usufructúan la mayor parte de la riqueza. Nadie ignora en qué se puede practicar una política de austeridad, pero donde no puede aplicarse esta política es en aquellos asuntos que afectan al conjunto de la población: la educación, la sanidad, la ayuda a la dependencia, los subsidios de paro, las inversiones en I+D+i... en fin, esto se ha repetido hasta la saciedad. Pero tampoco debieran afectar las políticas de asuteridad al cumplimiento de los objetivos del milenio, a no ser que esta frase sea solo retórica (creo que lo es para el actual gobierno español y para muchos gobiernos de las Comunidades Autónomas).

El Ministerio de Asuntos Exteriores va a dedicar un 40% menos de ayuda al desarrollo de lo que estuvo destinado hasta ahora, lo que quiere decir que los desheredados de la Tierra buscarán salidas en el primer mundo, en la marginalidad, en la delincuencia o incluso en el terrorismo. Las Comunidades Autónomas gobernadas por el Partido Popular ya han dicho que no se fian de las ONG (médicos sin fronteras, intered, amnistía internacional, intermond, etc.) por lo que van a recortar toda ayuda a las mismas (no sé si harán lo mismo con la Iglesia Católica). La Comunidad Valenciana, en tres años, ha rebajado un 78% la ayuda al desarrollo, ignorando que vivimos en una "aldea global" y lo que ocurra en África, Asia o América latina nos afecta tanto como a sus habitantes (o casi). Galicia ha rebajado su capítulo de ayuda humanitaria en un 48% desde 2001 y en Castilla-La Mancha está marcha una cibercampaña contra las políticas egoístas y torpes de la señora Cospedal (donde haya una responsable pública simple, aquí está ella). 

Las ONG y otras organizaciones -incluso gubernamentales e internacionales- combaten los déficits en educación que padecen muchas comunidades en el mundo, combaten el hambre, las enfermedades, ayudan a que ciertos países puedan contar con infraestructuras básicas, particularmente en los casos extremos de Haití y Somalia. ¿A que viene una política de austeridad en estos casos? Varios premios Nobel, personas con gran altura moral, un buen sector de la opinión pública saben que hay recursos en el mundo para salir de cualquier contingencia financiera o de otro tipo. Ahora es el primer mundo el responsable de tener una economía entregada en manos de unos pocos; por una vez no podemos decir que son las oligarquías locales de los países pobres los dilapidan las ayudas. Ahora el problema está en Europa y en Estados Unidos. Tomar conciencia de que no valen ya paños calientes ni soluciones técnicas es fundamental. Deben de prevalecer las soluciones ideológicas, pero esto solo será posible para quien tenga ideología, no para aquellos que gobiernan de un día para otro sin más mira que posponer los grandes problemas hasta la próxima crisis cíclica que padezca el planeta.

L. de Guereñu Polán.

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