domingo, 29 de enero de 2012

Un político orensano se va

En cierta ocasión Temístocles, el gran general ateniense, estando en la cumbre de su carrera política, contestó de esta manera a otro general (además de poeta) Simónides, que le había pedido "una cosa fuera de lo justo": "Ni tú serías buen poeta si cantaras fuera de tono, ni yo un magistrado cual conviene si hiciera gracias contrarias a la ley". Esto no lo sabe el político orensano al que aquí me refiero, que se ha pasado más de veinte años al frente de una institución pública haciendo toda clase de chanchullos, marrullerías e ilegalidades. En alguna ocasión ha tenido que rectificar obligado por los jueces, pero en otras no, porque ya sabemos el laberinto que es entrar en tal administración.

Plutarco, en sus "Vidas paralelas", aporta también este otro dato que no cuadra con el político orensano contemporáneo nuestro: al parecer Mnesifilo Freario no era orador ni de los "filósofos físicos", sino que había tomado por ocupación "la que se llamaba entonces sabiduría, y era en realidad una habilidad y sagacidad política, y una prudencia práctica y activa...". Pues bien; nada de esto adorna a nuestro contemporáneo, que se va de la Diputación de Ourense con un balance ciertamente triste: él mismo dice que no ha conseguido sacar a la provincia del atraso en que se encuentra, y es que para eso se necesita aquella sabiduría de la que hablaba Plutarco, aquella habilidad y sagacidad política, prudencia práctica y activa que nuestro hombre sustituyó por la marrullería, el vocerío, el conflicto y la arbitrariedad.

Combatir a estos personajes es cosa de la sociedad civil: no ha de cejarse en el empeño, se ha de ir diciendo aquí y allá, se ha de publicar, insistir, hasta que consigamos ocupen los puestos de responsabilidad personas honestas que sean dignas de una sociedad nueva. No seremos ingenuos creyendo que solo con la palabra cambiaremos las cosas; hace falta un compromiso indeclinable, una labor que me atrevo a decir misional, haciendo de nuestras vidas un empeño en cambiar las cosas a mejor. No habrá cambio mientras unos pocos usufructúen la riqueza, mientras estemos al albur de ignorantes o de avaros, mientras la sociedad no actúe en conciencia. Como la sociedad está formada por personas de distinta sensibilidad y formación, de ahí la dificultad. Pero ahora tenemos medios que antes no había y se han conseguido derribar verdaeros baluartes del egoísmo para que estemos a tiempo de seguir con esta labor.

L. de Guereñu Polán.

No hay comentarios: