Un banquero al frente de Economía

 Puede resultar paradójico, pero en vez de estar al frente del Ministerio de Economía una persona relacionada con el mundo del trabajo, de la investigación, de la universidad o de algún foro de expertos, el Presidente del Gobierno, para dar satisfacción a los banqueros, ha nombrado a uno de ellos Ministro de Economía. 

El señor Guindos ya tuvo responsabilidades políticas en la dirección de la política económica española: fue en 1996 Director General de Política Económica, en 2000 formó parte del Instituto de Crédito Oficial sin que se le conozca ninguna iniciativa innovadora para dicha institución; también desempeñó la Secretaría General de Política Económica, siempre con gobiernos donde los banqueros tenían mucho que decir. En 2002 fue Secretario de Estado de Economía (el segundo tras el Ministro). Fue el responsable de la división financiera de Pricewaterhouse Coopers, una gigantesca empresa de servicios relacionada con la gran banca a escala mundial. Es el inspirador de la política económica del Partido Popular a través de FAES, la fundación creada para refugio del presidente del gobierno que predeció al señor Zapatero y que por su haber metido a España en una guerra injusta e ilegal, con el solo objeto de abrirse camino ante el expresidente de Estados Unidos, me resulta innombrable. Siguiendo con el señor Guindos percibió, solo en el año 2011, y como consejero de Caja Murcia (una de las Cajas que están siendo objeto de vigilancia por parte del Estado) la cantida de 65.000 euros, de los que no sabemos si cotizó a la Hacienda pública. Esto sin perjuicio de los salarios y rentas que percibió por otros cargos públicos y privados, acogiéndose a una particular interpretación de la ley de incompatilidades que existe en España.

Pues creo que lo tenemos claro: ¿a quien se le ocurre nombrar a un banquero para que dirija la economía de un país si es uno de los que más ha contribuido a hundirla? Porque las pequeñas y medianas empresas no crean puestos de trabajo porque los bancos no conceden créditos, esos mismos bancos a los que está tan unido el señor Guindos.

L. de Guereñu Polán.