jueves, 26 de abril de 2012

Los partidos dinásticos

Quevedo satirizó a la monarquía de su tiempo
Con el régimen de la Restauración borbónica, a partir de 1875, el sistema político español funcionó a base de dos partidos llamados dinásticos porque eran los que sostenían a la monarquía y al régimen: como se sabe eran el Partido Conservador de Cánovas y el Liberal de Sagasta. Habrá que esperar a 1910 para que, por ejemplo, un dirigente obrero alcance un escaño en el Congreso de los diputados: Pablo Iglesias. 

Hoy también tenemos dos partidos dinásticos: el socialista y el popular. La monarquía española, hoy, se sostiene por ellos. Los demás partidos no hacen especial mención a su condición de monárquicos (mucho menos el PNV y Esquerra Republicana de Cataluña: el primero por sus orígenes carlistas no está por el apoyo a un Borbón). No ignoro que parte de la opinión pública (posiblemente la menos instruída) apoya a la monarquía, o al menos a la figura del rey, pues la monarquía como institutución solo la hemos vivido los españoles actuales con el actual rey (los españoles nacidos antes de 1931 son ancianos y durante su niñez no tuvieron conciencia del papel de rey alguno). Si uno de los dos partidos dinásticos que sostienene hoy a la monarquía (no cabe pensar en otro sino en el socialista) retirase su apoyo a institución tan anacrónica, el debate que se abriría en España sería interesantísimo; a no ser que la derechona de siempre se tirase al monte, cosa que no descarto.

Cabe pensar que tenemos una Constitución que nos hemos dado, pero precisamente el aspecto de la monarquía "nos vino dado" más que dárnoslo a nosotros mismos. El actual rey de España juró fidelidad a los "principios del Movimiento Nacional", es decir, a los de la dictadura y crueldad franquista; luego tuvo el acierto de vulnerar dicho juramento, pues de lo contrario la monarquía no tendría cabida en una España ya lanzada hacia su libertad sin miramientos. No me olvido tampoco de que el rey actual jugó un importante papel en defensa de la Constitución en febrero de 1981 (por cierto, cumpliendo ni más que menos que con su deber, pero bueno es que lo haya hecho). 

¿Estoy yo planteando un cuestionamiento de la monarquía, hoy, en España? Estoy planteando que el Partido Socialista sea crítico con dicha institución, que no haga alarde de monarquismo, que recuerde de vez en cuando su tradición republicana y que le diga al país que entre los demócratas, los progresistas y los republicanos se encuentran los socialistas; lealtades constitucionales aparte. 

L. de Guereñu Polán.

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