lunes, 16 de abril de 2012

Orovio y Wert

Para quien no esté familiarizado digamos que Orovio fue ministro de Fomento en el siglo XIX, primero en 1865, luego en 1866-68 y más tarde en 1874-75, sabiendo que en dicha cartera ministerial se encontraban las competencias de educación. Pratagonizó una serie de conflictos con el profesorado español, particularmente universitario, al prohibir que en las clases se impartieran enseñanzas que puediesen afectar negativamente a la fe católica y a la monarquía, así como prohibió la libertad de cátedra que -no escrita- había sido respetada más o menos con anterioridad. Gracias a ello profesores como Castelar, Giner de los Ríos o Salmerón pudieron desarrllar su actividad docente, aunque Orovio terminaría desposeyendo de sus cátedras a dos de ellos y confinando al otro. No fueron los únicos.

Orovio fue muchos años diputado por Logroño, sabiendo que las elecciones eran amañadas a su favor -como en otros casos en el conjunto de España-. Era hombre sin escrúpulos, políticos y morales, autoritario, antidemócrata y aferrado a los privilegios que le proporcionaba la camarilla del partido moderado, primero Naváez y luego el conservador Cánovas, otro de los artífices del falseamiento electoral. 

Pues el actual ministro de Educación, señor Wert, es nuestro Orovio actual: ha conseguido reducir en un 11% la dotación para becas que recibían los alumnos más humildes de la sociedad española, ha aumentado el número de alumnos por aula restando la contratación de profesorado; ha suprimido "sine die" las oposiciones en la educación primaria y secundaria, con lo que muchos licenciados permanecerán subempleados durante varios años y, en el mejor de los casos, preparando unas oposicones que no saben cuando se convocarán. Ha arremetido contra una disciplina (Educación para la Ciudadanía) para potenciar las clases de Educación Católica, aún a sabiendas que la Constitución declara a España país no confesional. Pero el señor Wert, como el señor Orovio, es poco respetuoso con la legalidad y muy amigo de medidas autoritarias, clasistas y arbitrarias. 

Forma parte de un gobierno que ha recortado servicios básicos a los españoles en materia de paro obrero y asistencia a las personas mayores dependientes; de un gobierno que prepara recortes en materia sanitaria para que ésta sea pagada -ya lo es mediante los impuestos- doblemente por los españoles. Es miembro de un gobierno que se burla de los sindicatos, que no reconoce el papel democratizador que jugaron en la España reciente; es miembro de un gobierno -y adalid- de las medidas más conservadoras y reaccionarias que se están tomando. Cada época tiene su Orovio. A nosotros nos toca el redivivo Orovio en forma de Wert, un individuo que no tiene ni idea de lo que se fragua en la educación nacional; ni sabe lo que son las programaciones didácticas, ni la atención a la diversidad, ni los grupos de apoyo, ni la modernización de la formación profesional, ni las necesidades de los alumnos de bachillerato; un ministro que no sabe nada sobre las necesidades en los Institutos y Escuelas de España, que ha sido partidario de recortar derechos de los alumnos y que está favoreciendo a los centros privados, religiosos y elitistas en perjuicio de los públicos. Un Orovio que en mala hora ha llegado al gobierno de España. 

L. de Guereñu Polán.

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