viernes, 18 de mayo de 2012

CRISPACION



Es increíble que no haya una crispación mayor en nuestro país, y no hablo sólo de la Galicia en el país de las maravillas, sino en el conjunto del estado.

El ataque a la línea de flotación del estado de bienestar que está llevando con crudeza el PP, está siendo escasamente contestado por todos aquéllos que debieran estar alineados con la causa social. Tan solo los sindicatos y la izquierda testimonial mantienen, débilmente, una respuesta contraria a este atentado contra las clases más desprotegidas. Dejémonos de una vez de colocar paños calientes al enfermo y solucionemos de raíz el mal.

Si tenemos que adecuarnos a tiempos peores tendremos que colaborar todos, pero con imaginación y sobre todo con coraje y valor: Abordemos el problema del fraude fiscal con valentía y tendremos unos ingresos que son de todos los españoles y que seguramente harían innecesaria la toma de medidas antisociales que sin duda son más fáciles implementar.

El recientemente elegido Gobierno Andaluz, ha demostrado, dentro de su autonomía, que es posible adaptarse a los nuevos tiempos sin agredir a colectivos tan sensibles como la enseñanza y la sanidad.

Esperemos que el nuevo Gobierno Francés, cumpla al menos una parte importante de su programa, del que depende gran parte del bienestar del conjunto de los trabajadores de Europa y que sus expectativas no se diluyan en las turbias aguas del Rhin.

La voracidad desproporcionada de los dueños de empresas que conviven en nuestro país, falto de una clase empresarial normalizada, hacen que la ley de la selva parezca muy rígida para aquéllos que solamente aspiran a su beneficio personal, auspiciado y aplaudido por el actual Gobierno Español. Seguramente esto merecería una respuesta más contundente por parte de las organizaciones sindicales, en demanda de un tejido empresarial más adecuado a los tiempos que vivimos, y sobre todo en defensa de la clase trabajadora en su conjunto.

Aparte de estas consideraciones, para mí es increíble, y seguramente un récord Guinnes, que un partido político salga elegido con mayoría absoluta SIN DECIR LO QUE VA A HACER. Esto pasa en nuestro país, no estoy hablando de los llamados países bananeros.

Soy practicante de una política de diálogo y entendimiento, pero asimismo entiendo y aplaudo, ante una violenta indefensión social, una respuesta adecuada, enérgica y si es necesaria violenta. No podemos permitir este atropello que se está haciendo contra la clase trabajadora y contra los ciudadanos humildes.

Quien sea el causante de estos desmanes económicos que pague por ello.

Este país no tiene un problema de deuda pública, sino que la deuda privada es la que nos ha metido en este callejón, aparentemente sin salida, y curiosamente es la que siendo depositaria de los fondos que nos incautan a los trabajadores.

Es vergonzoso observar que cada día, los causantes de este desaguisado, son premiados con fondos estatales que aportamos todos.

Nos han metido en el cuerpo el miedo de que los llamados mercados nos obligan a tomar estas decisiones tan traumáticas, cuando nuestro pánico debería ser el observar que quienes están obligados a controlar los ”movimientos” de estos llamados mercados, (Gobiernos y Políticos), son incapaces de hacer esta labor, cuando no son meros comparsas cómplices.

Exijamos con contundencia responsabilidades y condenemos las satanizaciones que el poder político está llevando a cabo con colectivos como el 15M, que independientemente de aspectos puntuales, ha sido una auténtica bomba de oxígeno, para una sociedad española que estaba abocada a la degeneración de sus valores más primarios al menos en el terreno social.

Un país que se precie mínimamente de democrático tiene que ser absolutamente hostil con planteamientos irracionales como los del Consejo del Poder Judicial con respecto a su sentencia hacia el Juez Baltasar Garzón.

No podemos consentir que los llamados poderes mediáticos decidan lo que es bueno para España, curiosamente algunos de ellos tienen algo que ver con los llamados “mercados”. Nuestro desprecio no puede ser solamente el ignorarlos, debemos combatirlos y para ello necesitamos referentes políticos que defiendan democráticamente nuestras tesis.

Mi opinión, es que si esto no es posible de encontrar, vale cualquier cosa para combatir al enemigo, inclusive la violencia, sé que suena muy duro, pero la violencia mayor es la que están sufriendo nuestros jubilados, pensionistas y trabajadores en general que se sienten agredidos y aparentemente desprotegidos.

Espero y deseo que por medio de la POLITICA con mayúsculas se frene este atentado contra los que conforman parte de mi clase como trabajador y ciudadano.

De no ser así mis fuerzas estarán al lado de los que defiendan a mis compañeros, de la manera que yo estime más pertinente, sin excluir absolutamente ninguna forma de lucha.



JUAN FONTELA

1 comentario:

FUNDACIÓN LUÍS TILVE dijo...

Será mejor guardar la violencia para cuando no haya otros cauces, no sea que nos acusen de no respetar el resultado de las elecciones.