martes, 1 de mayo de 2012

¿Retrocedemos cien años?


En algunos aspectos sí. A finales del siglo XIX el acuerdo o mutua influencia entre el partido conservador de Cánovas (parte de él), republicanos y miembros de la Institución Libre de Enseñanza crearon la Comisión de Reformas Sociales (que luego pasaría a llamarse Instituto) por la que el Estado intervendría en las relaciones laborales para que el obrero, el asalariado, no estuviese desprotegido ante la patronal. Es cierto que la clase obrera y el campesinado siguieron en la miseria, pero también que una legislación de los años 1891, 1900 y 1904, vino a proteger al trabajador (en las ciudades industriales tuvo efectos prácticos) contra los abusos de los empresarios.

Hubo incluso un "socialismo católico" que la Iglesia oficial rechazó, la encíclica "Rerum Novarum" incorporó a la Iglesia a los problemas sociales (si bien es cierto que en la práctica poco influyó) y puso a la sociedad ante la tesitura de que no todo podía ser arbitrariedad por parte de unos pocos. Hubo incluso una serie de congresos católicos (el último en Santiago, 1902) donde se impusieron las tesis de la "Asociación General para el Estudio y Protección de los intereses de las clases trabajadoras", que venía existiendo desde 1895. El conservador Eduardo Dato, incluso, había impulsado una serie de leyes sociales en 1900 sobre la necesidad de la vivienda obrera.

No seré yo quien reivindique el régimen de la Restauración, pero ahora los que soportan la mayor carga impositiva son las rentas medias y bajas, el actual Gobierno toma decisiones que lesionan los derechos de la mayoría y benefician a una minoría; contrariamente a los gobiernos de la Restauración, que se comportaban con más visión de "gobierno para todos"; ahora pagaremos dos veces las medicinas, via impuestos y cuando las compremos; hay un claro recorte de los derechos laborales y se recortan también los beneficios que recibían los pequeños empresarios. Hace un siglo un régimen reaccionario tuvo preocupaciones sociales que solo en parte fructificaron; ahora, un gobierno reaccionario toma decisiones que afectan muy negativamente a la mayoría de la sociedad. 

Estar en la calle continuamente, seamos pocos o muchos, es una necesidad imperiosa. Los medios de comunicación deben estar haciéndose eco de la protesta social aunque algunos sean amigos del Gobierno. A España le ha caído una peste y hemos de hacer lo posible por quitárnosla de encima: lo mejor es el aire libre.

L. de Guereñu Polán. 



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