lunes, 25 de junio de 2012

Dos maneras de gobernar

Cuando el ministro socialista José Borrell tuvo ocasión, hizo un plan de autovías con cargo a los presupuestos del Estado que articularon al país no solo radialmente, sino en otras direcciones (la autovía que corre paralela al Camino de Santiago es solo un ejemplo). La Unión de Centro Democrático, en su momento, prefirió conceder a empresas privadas la construcción y explotación de autopistas de peaje, que ni mucho menos articularon el país (entre otras cosas fueron anteriores al plan Borrell) sino que favorecieron a la cornisa mediterránea y a la zona occidental de Galicia en detrimento del interior. 

Son dos formas de gobernar: con cargo a los presupuestos del Estado a partir de una fiscalidad que se modernizó con Fernández Ordóñez y con Borrell, y la que prefiere cargar sobre los ciudadanos el coste y mantenimiento de las autovías, coste que los ciudadanos pagan dos veces, porque el aval de las empresas concesionarias -que acudieron al crédito bancario- fue el Estado. Ahora muchas de dichas empresas -cuyos principales accionistas ya se han embolsado pingües beneficios- tienen que ser auxiliadas por el Estado para que se sigan ocupando del mantenimiento de las autopistas, los viajeros tendrán que seguir pagando crecientemente (ricos y pobres) y el Estado se endeudará, según las últimas noticias, en unos 3.800 millones de euros, como si no estuviese endeudado ya en otras dudosas operaciones como el rescate bancario. 

Siendo tan común escuchar que "todos son iguales" y que da lo mismo que gobiernen unos que otros, éste es solo un ejemplo que no agota las diferencias en la forma de gobernar de unos partidos y otros, por muy de capa caída que se encuentre la socialdemocraia española y europea en los últimos años. 

L. de Guereñu Polán.

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