sábado, 16 de junio de 2012

El rescate

Ya tiene una connotación delictiva la palabra, porque se rescata a alguien cuando ha sido secuestrado. España -y otros países- ha sido secuestrada y ahora necesita ser rescatada. Los que cobran el rescate son los que la han secuestrado, como en tantas otras ocasiones antes de soltar la presa. Eso si, tendrán que devolver el dinero una vez se encuentren en condiciones de avenirse al buen camino, abandonando las malas prácticas que, no obstante, algunos directivos seguirán teniendo. Esperemos que con un riguroso control por parte de los poderes públicos, lo que no han hecho hasta ahora. 

Creo que tiene mucha razón el Comisario Almunia cuando dice que debieran desaparecer las entidades financieras que no ofrezcan garantías, de la misma forma que no pueden cotizar el bolsa las empresas que no cumplan con ciertas condiciones, no puedan ejercer la abogacía los que no sean licenciados en derecho y así sucesivamente. Novagalicia Banco, Catalunya Caixa y Banco de Valencia están intervenidas por el Estado (no sé si decir nacionalizadas será excesivo). Antes ya habían sido subastadas otras entidades financieras: Caja de Ahorros del Mediterráneo, Cajasur y Caja Castilla-La Mancha, que yo sepa. Si ya se ha hecho esto, ¿donde está el problema en que se siga haciendo?

Me resulta curioso y sorprendente, además de poco realista, el empeño de algunos en decir que se quiere una banca gallega, catalana, andaluza... Pero si la banca es internacional, no tiene fronteras, como no las tiene la economía global en la que estamos y como no las tuvo casi nunca el capitalismo. Cuando comprendieron esto los trabajadores en el siglo XIX, crearon la Primera Asociación Internacional obrera, porque la lucha contra los abusos y la desigualdad se habría de hacer a nivel planetario. Pues a principios del siglo XXI hay todavía quien no se ha enterado o quiere jugar a un nacionalismo absurdo que no conduce a nada y puede engañar a mucha gente. 

El Parlamento de Galicia está para legislar, y hacerlo bien, en la dirección de los intereses de la población, sobre todo de la más necesitada; no está para defender a una entidad bancaria que ha demostrado -en sus directivos- no solo una incompetencia superior sino rasgos de rapiña y expolio muy poco edificantes... y que debieran de estar perseguidos por la justicia. No sé donde estarán los Pego y compañía, pero me temo que a buen recaudo; es decir, ilocalizables por si acaso. Pero mucho me temo que más pronto que tarde saldrán de su madriguera dorada y se pavonearán por nuestra geografía como si tal cosa. ¡Lástima!

L. de Guereñu Polán.

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