lunes, 27 de agosto de 2012

Cuando Don Mariano era racista

Don Mariano "pensando"
El 4 de marzo de 1983 (página 2) "Faro de Vigo" publicó un artículo firmado por el diputado de Alianza Popular, Mariano Rajoy Brey. Ya tenía una edad como para no jugar con asuntos tan graves como los que trata, además de la responsabilidad que encarnaba como diputado del Parlamento Gallego. Estas son algunas de sus ideas: 

Constituye una prueba irrefutable de la falsedad de la afirmación de que todos los hombres son iguales... y por ende de las normas que son consecuencia de ellas [hacía pocos meses que el Partido Socialista había alcanzado su más sonada victoria en unas elecciones, con 202 escaños en el Congreso]. 

Ya en épocas remotas -continúa diciendo el ahora Presidente del Gobierno- ... se afirmaba como verdad indiscutible, que la estirpe determina al hombre, tanto en lo físico como en lo psíquico. He aquí un aventajado aprendiz de las ideas racistas de Hitler y su calaña, pero bastante después de que dichas ideas hubiesen cometido la más atroz de las desigualdades: negar el derecho a la vida a millones de personas por su "estirpe". 

Los hijos de buena estirpe [suponemos que, entre ellos, Don Mariano] superaban a los demás [ideas que] han sido confirmadas más adelante por la ciencia: desde que Mendel formulara sus famosas 'Leyes' nadie pone ya en tela de juicio que el hombre es esencialmente desigual, no solo desde el momento del nacimiento sino desde el propio de la fecundación. El letrato metido a biólogo no tiene desperdicio, pues si se interpretan bien las leyes de Mendel, el hombre es desigual accidentalmente, no "esencialmente" como pretende Don Mariano. Aparte la biología, ¿no producen desigualdades los sistemas económicos según sean unos y otros, el nacer en una familia pobre o rica, el tener acceso a la instrucción y a la ciencia o no? ¡Que bien le viene a Don Mariano Mendel aunque lo interprete según sus convicciones racistas. 

Y ahora el actual Presidente se nos muestra luterano: El hombre... nace predestinado para lo que habrá de ser. La desigualdad natural del hombre viene escrita en el código genético, en donde se halla la raíz de todas las desigualdades humanas... Confunde interesadamente Don Mariano la metodología de las ciencias naturales con la de las ciencias sociales, aunque él se ha dedicado a estudiar una, el Derecho. Y las confunde porque interesa a su ideología racista, por lo menos en aquellos momentos. No es extraño que ahora aplique políticas favorables a los que son de una determinada "estirpe" y políticas distintas a los que son de otra, los que han nacido con defectos, son genéticamente deficientes o no han tenido ocasión de formarse para escapar de la maldita "estirpe" en la que han nacido. Sus padres son los culpables de la situación que padecen, pues le han legado unos genes con los que ha de vivir sometido, sin que el Estado -según Don Mariano- tenga nada que hacer: ha de confirmar y ahondar en la desigualdad.

El hombre lucha por desigualarse, sigue diciendo el ahora Presidente. Por eso, todos los modelos, desde el comunismo radical hasta el socialismo atenuado, que predican la igualdad de riquezas... y establece para ello normas... son radicalmente contrarias a la esencia misma del hombre... Si Don Mariano hubiese nacido antes que Hilter, este no tendría que devanarse los sesos: el actual Presidente le habría allanado el camino. Los 'modelos progresistas' constituyen un claro atentado al progreso, porque contrarían y suprimen el natural instinto del hombre a desigualarse; en lo que entra en una contradicción, porque si el hombre ha nacido desigual por razones genéticas ya no tendría que "luchar" por desigualarse. Racista pero no dialéctico.

Cuando habla de impuestos -referidos a los que suelen aplicar los gobiernos socialistas- dice "cada vez más progresivos". Es que de eso se trata; un impuesto regresivo es una aberración y una injusticia. El racista diputado y ahora Presidente tenía una mente (¡vaya por Dios!) atravesada por el odio a la igualdad y por el racismo. Es de esperar que haya rectificado, pero no se nota.

L. de Guereñu.

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