sábado, 4 de agosto de 2012

Me echo a temblar


Cada vez que el señor Rubalcaba expone ante la opinión pública la necesidad de que el Gobierno pacte con el Partido Socialista las medias que se han de tomar ante la crisis que padece el país, me echo a temblar. Comprendo perfectamente que el principal partido de la oposición quiera influir en suavizar lo más duro de las medidas que el Gobierno tiene preparadas para los españoles y rectificar algunas ya tomadas. Cosa difícil porque el partido que gobierna tiene mayoría absoluta y su cultura procede de los regímenes autoritarios de otras épocas (siendo prudente). Lo que me gustaría saber es en que medida, si el Gobierno aceptase pactar con la oposición algunas medidas a tomar, cuales serían las que el Partido Socialista propondría, porque se pueden hacer propuestas aceptando la lógica del sistema o no aceptándola y haciéndole frente a los banqueros de la Unión Europea, que son los que están gobernando el continente.

Me gustaría saber también si los dirigentes regionales y locales del Partido Socialista están elaborando sus propias propuestas para hacerlas llegar a la dirección nacional o están viendo los toros desde la barrera como si las cosas no fuesen con ellos. Porque, si no se ha hecho antes, ahora sería el momento de plantearle al Gobierno que denuncie los acuerdos de 1979 con la Iglesia y que haga pagar a dicha corporación el Impuesto de Bienes Inmuebles, que representa un monto descomunal. Creo que también sería el momento de plantear al Gobierno que cesen los recortes y se emprenda la política contraria (como no es posible que de esta manera se acerquen posiciones se trataría de reducir los recortes que el Gobierno tiene en mente). Se trataría de hacer comprender al Gobierno que cese en su política antisindical y escuche a las organizaciones de trabajadores, pero que las escuche para recoger, al menos, algunas de sus propuestas. Sería el momento para hacer comprender al Gobierno que una desregulación total de las finanzas del país es suicida (el Gobierno socialista anterior vivió con esta espada de Damocles y así nos ha ido). Sería la ocasión para hacerle comprender al Gobierno la necesidad de una banca pública, que nunca tuvo sentido su desaparición (ya sé que ahora hay bancos intervenidos por el Estado, pero eso no es una banca pública). 

Sería el momento de que el Partido Socialista, en conversaciones con otros grupos progresistas de la sociedad, se negase en rotundo al plan de "rescate" que podría estar tentado el Gobierno a aceptar, con el pago social que ello representaría. Sería el momento de insistir en que la soberanía nacional -aún cedida en parte a las instituciones comunitarias- no ha desparecido, y que los Gobiernos nacionales tienen algo que decir antes de someterse. Un plan contra el desempleo, sobre todo para ayudar a los parados de larga duración y a los jóvenes que sufren una tasa de desemepleo de más del 50% es absolutamente necesario, para lo cual se necesitan recursos, y estos tienen que venir de las rentas altas, de políticas fiscales progresistas y de una persecución feroz a los evasores de impuestos. Otra medida que creo debiera plantearse es invertir en desarrollo, en infraestructuras, en investigación, en educación... es decir, todo lo contrario de lo que se está haciendo, porque el Gobierno actúa como un contable, no como quien tiene la responsabilidad de pilotar una nave a medio plazo. 

El Partido Socialista, en mi opinión, debiera hacer un llamamiento a los intelectuales, al mundo universitario, a los escritores, a los economistas independientes, al mundo del pensamiento en general (quizá lo esté haciendo) para que tomen partido como han hecho en otros momentos históricos: la recuperación de la Europa de postguerra, a mediados del siglo XX, contó con el compromiso de los intelectuales, y ello arrastró a la democracia cristiana y a los partidos nacionalistas como el francés, a ir por el buen camino que permitió crear el estado del bienestar, querido por los partidos de izquierda y por los sindicatos obreros. 

El tema de los mercados: siempre van a intentar condicionar las políticas de los gobiernos, aquí y en China, por lo que debe iniciarse una política activa con los países que tienen gobiernos progresistas para combatirles. Los mercados tienen mucha fuerza, pero los estados también, porque pueden legislar, pueden expropiar, pueden tomar decisiones drásticas, más o menos provisionales... pero sé que esto solo es posible hacerlo en combinación con otros países, de lo contrario España sería una isla en medio de la vorágine. 

Solo pido a todos los dirigentes del Partido Socialista (a todos) que estén pensando en propuestas, que estén debatiendo, que se estén informando, que no pasen de largo esta triste coyuntura pensando unicamente en su próximo escaño y salida política personal. Solo pido esto. 

L. de Guereñu Polán.

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