lunes, 17 de septiembre de 2012

Burlas al profeta

A mí no se me ocurre burlarme de ningún personaje religioso por si sus seguidores se sienten ofendidos, pero dicho esto ningún poder público debe impedir la libertad que existe para opinar, criticar, ensalzar o incluso burlarse de personajes históricos, porque los que viven pueden presentar las denuncias que consideren oportunas. 

El revuelo e incluso las masacres que se han producido como consecuencia de la intransigencia y el fanatismo religiosos en bastantes países donde la mayoría de la población es musulmana, podrían ahorrarse si se diesen ciertas condiciones que no se dan. Por ejemplo, si las tímidas reformas que han comenzado en algunos países del norte de África se hubiesen dado hace décadas y viviésemos ahora otros tiempos. Pero ello no es así y obedece al múltiples causas, entre las que occidente tiene buena parte de la responsabilidad. Que el autor de un video se burle de Muhamad, el profeta para los musulmanes, puede ser considerado de mal gusto, pero no es un delito; si es un pecado ello entra dentro de otra lógica que no es la de las relaciones civiles entre las personas, porque entre otras cosas ¿quien decide que es pecado y que no lo es? ¿quien se da a sí mismo dicha autoridad? 

Nicolás de Cusa, Alfonso de Espina, Juan de Torquemada y otros atacaron de forma sistemática a la figura del profeta Muhamad en el siglo XV (he elegido dicho siglo por tratase de la coyuntura en la que el islam se repliega en la península Ibérica pero avanza por Europa y el Mediterráneo). Los condicionantes eran otros: cristianismo e islam no se reconocían mutuamente y ahora parece que algunos siguen en la misma tesitura. Al integrismo musulmán le responde, no pocas veces, un integrismo occidental o cristiano que no contribuye a apaciguar los espíritus. Pienso en determinados grupos xenófobos en Europa, racistas y de extrema derecha en Estados Unidos, imbuidos de una idea exclusivista de su cultura y civilización. 

Muhamad debió de ser un gran hombre, porque no se consigue movilizar a tribus inconexas en la península arábiga así como así. Sus enseñanzas fueron completadas luego por una riquísima tradición espiritual, jurídica y artística que debiéramos considerar legado para toda la humanidad... como el legado de cualquier otro credo.

L. de Guereñu Polán.

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