domingo, 16 de septiembre de 2012

Los partidos "de interés"

Durante el período de entre guerras surgieron en Alemania una serie de partidos que la población calificó "de interés", por oposición a los de ideología. Los patidos liberales tenían un discurso democrático muy débil, poco convincente. Entre los partidos "de interés" estaba el Partido Económico, el Partido de la Justicia, el Partido Nacional Cristiano de Campesinos o el Partido Campesino. Entre los partidos con una ideología más clara estaban el Zentrum (o partido católico), los nazis y el partido Socialdemócrata (SPD). El Partido Popular era visto como entregado a los grandes intereses idustriales.

Esta tendencia a la desideologización de los partidos se ha acentudado en los últimos veinte años en Europa, hasta el punto de que algunas políticas suelen ser coincidentes entre unos y otros aunque con matices. Aceptado el sistema capitalista al haber fracasado cualquier tentativa de revolución social, avanzando a pasos agigantados las teorías económicas neoliberales y socioliberales, no queda casi margen para una verdadera clarificación de las políticas económicas.

Otro aspecto a tener en cuenta es la transformación social: a una mayoría de trabajadores en el sector secundario ha sucedido una mayoría de empleados en el terciario, menos combativo, más acomodaticio, en ocasiones peor pagado (sobre todo por su heterogeneidad) y porque los trabajadores terciarios no suelen estar concentrados en grandes unidades de trabajo como los industriales. A los partidos socialistas y socialdemócratas (a la izquierda en general) le cabe un trabajo entre los empleados terciarizados que se encuentran muy atomizados en cuanto a sus intereses: aquí están desde los/las empleados de hogar hasta los técnicos de alta cualificación del Estado, pasando por transportistas, comerciantes, trabajadores de la hostelería, del turismo, de todos los servicios, de la enseñanza, medicos, etc. 

Volver a la ideología se hace necesario, pero hay que crearla, porque las viejas fórmulas no valen, pero renunciar al sustrato fundamental del socialismo también es suicida. Todo partido socialista que no cuestione el sistema capitalista para transformarlo sustancialmente, no tiene razón de ser. 

L. de Guereñu Polán.





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