martes, 2 de octubre de 2012

LA HORA DE LOS SINDICATOS EN GALICIA

La clase trabajadora gallega, jubilados y pensionistas incluidos, vamos a vivir 20 días decisivos. Me refiero a los que faltan para las elecciones que tendrán lugar el 21 de octubre, que insisto van a ser decisivas.
Tanto, que es urgente la movilización de todas las organizaciones sindicales, de todas ellas sin exclusión, para conseguir una cosa: que la clase trabajadora gallega vaya a votar masivamente el próximo día 21 de octubre.
Los actuales dirigentes de las organizaciones sindicales, de todas ellas, conocen bien la gravedad, el alcance y las consecuencias de la reforma laboral, de la negociación colectiva, de los recortes salariales, de los destrozos en los servicios públicos particularmente en la sanidad, en la educación y en los servicios sociales, de la injusta fiscalidad que sufren las clases trabajadoras. Con absoluto descaro, ahora van a por las pensiones, y no para abordar detalles “menores”, eso ya lo han hecho, ahora van ya a por el Sistema Público de Pensiones en su conjunto ¿acaso no lo veis? Ya han empezado por meter mano al Fondo de Reserva, pero sabemos de sobra que no se van a aquedar ahí. Con el cínico “no nos gusta pero…”, “nosotros también lo sentimos, pero…” nos van a seguir esquilmando sin contemplaciones, mientras no se les pare, cuando aún podemos hacerlo…
Ningún sindicato que pretenda ser fiel a los intereses que representa puede hoy mantenerse al margen de las elecciones. El sólo silencio, o la aparente indiferencia, es en si misma una toma de posiciones de consecuencias políticas, que hoy por hoy favorece descaradamente a la derecha gobernante, que utilizando “la crisis” como pretexto está desmantelando el modelo de estado social que con tanto esfuerzo se ha construido en los últimos 35 años. Es cierto y es comprensible el desengaño de muchos, pero ni de broma está justificada la indiferencia y menos aún la abstención a la hora de ir a votar.
Afortunadamente, los trabajadores tenemos todavía varias opciones políticas a las que poder votar ¡pues hagámoslo! Es cierto que el voto obrero, el voto de la clase trabajadora, dividido puede perder eficacia, pues tengámoslo en cuenta hasta donde podamos, pero no dejemos de votar, sabiendo que ningún voto, ninguno, es un voto inútil.
En una circunstancia histórica tan grave y difícil como la que estamos atravesando, sería un gravísimo error que las organizaciones sindicales no se comprometiesen hasta el tuétano en estas elecciones. No sirve una declaración formal pidiendo que se vaya a votar, sin más. Se necesita toda una movilización general desde ahora mismo, para explicar las cosas de cerca y con detalle: Asambleas en las fábricas, y en todas y cada una de las localidades, y sin esperar a que los medios de comunicación den a conocer nuestras razones, pues ya sabemos que no lo harán. Es necesario un gran esfuerzo informativo directo, con circulares a los afiliados, asambleas de delegados y miembros de Comités de Empresa, declaraciones públicas de los propios Comités de Empresa, carteles en los tablones de anuncios de los centros de trabajo, ediciones especiales de los boletines y publicaciones sindicales, etc.
¡Ojo! Los sindicatos pueden decidir la suerte de las elecciones gallegas si son capaces -y si se empeñan lo son- de movilizar a sus miles de delegados y afiliados, y hacerlo sin necesidad de pedir el voto para ninguna formación política en concreto, pero consiguiendo que quienes viven de su trabajo en Galicia, hombres y mujeres, asalariados o autónomos, de las grandes empresas industriales, o de los centros mas pequeños, del comercio, los servicios, la agricultura y la pesca, parados o con empleo, activos o pensionistas y jubilados, vayan en masa a votar el día 21 de octubre.
Y si pueden decidir, tienen la obligación de intentarlo con todas sus fuerzas, sabiendo que las únicas batallas perdidas son las que no se dan.
Xesús Mosquera Sueiro
2 de octubre de 2012




1 comentario:

L. de Guereñu Polán dijo...

Sobre todo teniendo en cuenta que la Confederación Intersindical Galega pondrá su maquinaria a favor de las candidaturas nacionalistas.