martes, 23 de octubre de 2012

Los dueños de España


Contrariamente a lo que se ha dicho durante mucho tiempo la aristocracia española estuvo involucrada en negoios, muchas veces sucios, tanto en la industria como en el gran comercio, las finanzas o la propiedad de la tierra. Hoy existen estudios muy numerosos que demuestran en manos de quien ha estado España durante el último siglo sin que apenas hayan peligrado sus propiedades, muy al contrario, regímenes de uno y otro signo han pasado sin que les hayan afectado en lo económico a las grandes familias dueñas del país.

Las minas, la industria siderúrgica, la naval, las empresas eléctricas, las de explosivos, las industrias alimentarias, los ferrocarriles, la tierra, la industria textil, la banca, la construcción, las consultoras, la industria farmacéutica, las empresas de comunicación y otras han estado y están en manos de unos pocos.

Antes de entrar en los casos de grandes empresarios y capitalistas, algunas investigaciones han indagado en la fortuna del rey Alfonso XIII en 1931, cuando abandona el país: unos 41 millones de pesetas provenientes de la asignación estatal y de su padre y abuela (Alfonso XII e Isabel II respectivamente). En aquella cantidad no se incluyen tierras y otros valores inmobilidarios (acciones, obligaciones, participaciones, bonos y deuda pública). Otro es el caso de la familia del dictador Franco: su trama financiera se extiende por más de medio centener de empresas con un capital escriturado, en 1975, de más de 100.000 millones de pesetas. Al morir el dictador dejaba un patrimonio tasado por debajo de los valores del mercado en 1.500 millones de pesetas, a los que hay que añadir los regalos recibidos, con un valor de unos 4.000 millones. La información privilegiada de que dispuso la familia Franco posibilitó la salida de dinero hacia Suiza.

Es muy poco lo que se sabe sobre la fortuna del rey Juan Carlos, pero más tarde o más temprano podrá comrprobarse si se puede explicar a partir de los 8,6 millones de euros que los presupuestos del Estado dedican a la Casa Real (año 2008).

Al comenzar la II República española todavía conservaban un gran patrimonio familias ociosas que habían conseguido sus capitales al amparo del poder político: es el caso de los Sástago, Infantado, Villahermosa, Peñaranda, Fernán Núñez, Alba y Medinaceli. Los marqueses de Araluce, el de Foronda, el de Domeq, el conde de los Gaitanes y el de Godó mantuvieron relaciones con la industria, el periodismo y los transportes. Igualmente los Romanones, el duque de Alba y otros fueron grandes terratenientes, banqueros e industriales.

En la actualidad hay personas del mundo del espectáculo y del deporte que han hecho sus fortunas a base de no cotizar a la Hacienda pública, al tener sus domicilios fiscales en Andorra: Sánchez Vicario, Montserrat Caballé, Alfredo Kraus, Antoni Rosa Marvá, Alex Crivillé o Pons. Otros los han domiciliado en Miami: Julio Iglesias, Raphael, Bertín Osborne; en Mónaco (Severiano Ballesteros, Carlos Sáinz, Plácido Domingo, Abraham Olano) o en Suiza (Concha Martínez y Manuel Prado y Colón de Carbajal).

Muchos empresarios actuales han hecho sus capitales al calor de la corrupción franquista: el presidente del Banco Español de Crédito, Aguirre Gonzalo; del banco Pastor, Condesa de Fenosa; del de Santander, Emilio Botín, del de Vizcaya, Pedro Careaga; y empresarios como Ruiz Mateos, José Barreiros en la rama del automóvil, Bartolomé March en FECSA; Márquez Balín en Standard Eléctrica; Oriol y Urquijo en Hidroeléctrica Españoña; José Banús en la construcción; Ramón Areces en el comercio; en la prensa escrita Carlos Godó. A estos se unen apellidos como los de Abelló y Benjumea, y empresas como Entrecanales; el dueño de Ibiza, Abel Matutes y los que participaron en la llamada "cultura del pelotazo": Vilá Reyes, Muntadas, de la Rosa, Mario Conde, Jesús Gil...

Casi 2.800 personas poseen en España fortunas que superan los 10 millones de euros (en total 269.000 millones, el 49% del patrimonio de todos los ricos del país). Casi 160.000 españoles tienen un patrimonio de 750.000 euros, lo que coloca a España entre los 10 países del mundo con más grandes patrimonios. Casi un millón de contribuyentes declararon en 2005 un patrimonio total de 627.138 millones de euros, concentrados en su mayor parte en Cataluña y Madrid. En fin, Don Amancio Ortega tiene una fortuna de 24.000 millones de dólares, dejando por detrás a Rafael del Pino, del grupo Ferrovial (8.600), Bañuelos (de Atroc, 8.600), Alicia y Esther Koplowitz y otros. 

De todo ello se pueden sacar jugosas conclusiones: el país tiene dinero, pero está en las manos de quienes no debiera estar. La culpta es de todos nosotros, pero sobre todo de unos pocos, que han permitido se hagan aquellas fortunas con una legislación que favorece a sus poseedores, al amparado del poder político, con trampas e incluso con crímenes. 

L. de Guereñu Polán.

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