Terroristas y Gobierno
Los
terroristas, pero no solo ellos, que han sido condenados por el Código
Penal reformado en 1995, redimen penas a razón de un día por cada dos de
trabajo o estudios. Sabido es que la pena máxima que puede sufrir un
reo en España es de treinta años pero el Tribunal Supremo estableció con
su jurisprudencia que dichas redenciones no fueran descontadas de dicho
máximo de treinta años, sino del total de la condena teórica que el
juez había establecido (por ejemplo, cien años). El Tribunal
Constitucional avaló dicha doctrina en 2012.
Pero el Tribunal
de Estrasburgo, a quien una etarra condenada recurrió, acaba de decidir
que los tribunales españoles han vulnerado el artículo 5º del Convenio
Europeo de Derechos Humanos (sobre la libertad y la igualdad),
considerando que la sentencia del Tribunal Supremo se aplicó de forma
retroactiva, lo que es, evidentemente, una aberración jurídica.
Ahora bien, ¿que podría haber hecho España si no quería llegar a esta
situación y que quien ha matado a 26 personas haya penado solo 24 años
en prisión? Podría haber denunciado el articulo 5º del Convenio que en
su día firmó y, de no reformarse, excluirse España de dicho Convenio, lo
que no sería una excepción porque hay muchos países que no están en él.
En el caso de España la intención debió de ser mientras dicho artículo
no se modificase de forma indubitable para que no se pudiese aplicar en
favor de los presos de ETA y, por lo tanto, en contra de las víctimas
del terrorismo.
Pero cuando un gobierno está embadurnado en la
corrupción, gobernando para unos pocos, estudiando como esprimir a la
mayoría en beneficio de no se sabe que contabilidad, entonces no piensa
en lo que realmente importa. Ahora las víctimas verán pasearse a unas
cuantas decenas de etarras por la calle sin haber pagado debidamente sus
crímenes. Un Gobierno que ha dicho tantas estupideces en materia de
terrorismo, que quiere establecer la cadena perpetua en contradicción
con la Constitución española, etc. ha hecho el ridículo y ha sido
cómplice por omisión de los reclusos etarras.
L. de Guereñu Polán.
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