jueves, 19 de diciembre de 2013

El pitorreo del sistema financiero

Los desvalijadores de Cajas en apretada piña
Por si no fuesen pocos los escándalos que los banqueros y financieros han protagonizado, con gran beneficio para ellos en operaciones que no pueden ser calificadas sino de robo, aunque no haya mediado la violencia física de por medio, ahora tenemos la compra de Novagalicia Banco por algo más de mil millones de euros a manos de un banco privado venezolano: Banesco. 

Los responsables del robo a mansalva y con alevosía, en paradero desconocido algunos de ellos, compinchados con gobiernos corruptos otros, se han embolsado millones de euros propiedad de los depositantes, que se han quedado arruinados y/o estafados en no pequeño número, con el agravante de que la mayoría de ellos estaban comprometidos en créditos hipotecarios, fondos de pensiones y eran pequeños o medianos ahorradores. 

El Estado español, para que las antiguas Cajas de ahorro de Galicia no se hundiesen, una vez se produjo su definitiva fusión con el beneplático de las autoridades autonómicas (eran Cajas públicas) inyectó (no se puede decir que invirtiera) unos 8.000.000.000 de euros propiedad, logicamente, de todos los españoles, que ahora verán como ese dinero se ha volatilizado. Los responsables son los miembros de los Consejos de Administración, donde había políticos sin escrúpulos, financieros aficionados al enriquecimiento fácil, sindicalistas y otro personal de pocas luces y mucha ambición. 

Si comparamos lo que el banco venezolano va a entregar por hacerse con el 88,33% de Novagalicia Banco con lo que el Estado español tuvo que pagar para el reflote, las conclusiones son evidentes. La mala gestión, el robo sin armas, el expolio sin paliativos son evidentes también. El Estado, por medio de sus organismos de "control" (Banco de España, Comisión del Mercado de Valores y, por encima de todos, el Ministerio de Hacienda) ha estado ausente. Y ello con gobiernos socialistas y conservadores: ha dado igual; el triundo del liberalismo económico más despiadado ha sido evidente. 

Banesco se dedica a conceder microcréditos con unos intereses de escándalo, a fideicomisos de inversión, depósitos a plazo fijo, créditos personales, créditos hipotecarios, finanzas para el estímulo de proyectos agrícolas, préstamos mercantiles, tarjetas de crédito, descuentos de letras de cambio, títulos de valores, seguros, servicios internacionales y otras muchas actividades financieras y especulativas. Ahora tendrá que pagar algo más de mil millones de euros en cómodos plazos, sin que tengamos garantías de que la gestión de sus "ejecutivos" en Novagalicia Banco será correcta (ya no digo honrada para no pasarme) y no tenemos garantías de que los gallegos, como cualquier otro ciudadano, puedan recibir préstamos para sus pequeñas empresas, proyectos, estudios o actividades productivas del tipo que sean. Todo queda en el aire. 

Lo que está claro es que entidades que eran públicas y que, evidentemente, estaban mal gestionadas y fueron objeto de expolio por unas decenas de delincuentes comunes, ahora será un banco privado controlado por una entidad venezolana (la sede es lo de menos) después de una breve etapa en la que el Estado español se hizo con el control, con el solo objeto de que Nogagalicia Banco no se hundiese. Los hundidos han resultado los ahorradores, estafados mediantes cuentas trampa (llamadas eufemísticamente "preferentes") que no tienen seguro se les devuelvan sus ahorros. No figura ninguna cláusula en la venta por la que el adquirente se comprometa a resarcir completamente a los estafados. 

Así no hay quien pueda confiar en un sistema. Los Pego, Méndez, Feijóo, Gayoso y otros andan escapados como hurones o predican a los cuatro vientos una sarta de idioteces que nada valen para los ahorradores y trabajadores estafados. 

L. de Guereñu Polán.

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