El Presidente de
Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, desde Londres, arremetió ayer contra la política
energética del Gobierno de España, diciendo de su empresa que “ahora somos más
británicos, estadounidenses y mexicanos”, y anunciando con un punto de enfado y
prepotencia que reduciría drásticamente sus inversiones en España. Aunque eso
sí, los 9.000 millones de inversión que anuncia, serán deuda española según
declaraban hoy los expertos, con los beneficios para Iberdrola de las
desgravaciones fiscales de que goza en España.
Me sorprendieron estas
declaraciones, pero más por el tono y el momento que por otra cosa. Que la
política energética del gobierno está resultando un desastre es algo obvio,
pero de ahí a este enfrentamiento descarado y abierto, ya no con el gobierno de
turno, sino con los intereses generales del país, media mucho. Sabemos desde
hace mucho tiempo que los intereses de las multinacionales españolas, nacidas
en gran medida de las empresas publicas heredadas del régimen franquista y
luego privatizadas tras recibir jugosas ayudas económicas por parte del Estado,
han antepuesto frecuentemente sus propios intereses a los del país, pero que
alguien tan importante y representativo lo haya confesado con tanta claridad es
algo nuevo.
No creo que sean unas
declaraciones improvisadas, mas bien todo lo contrario, parecen el resultado de
una estrategia de confrontación y un órdago al estado y al país, una especie de
¡haber quien manda aquí! Ha sido Iberdrola, pero podría haber sido cualquier
otra. En este caso se ha utilizado el poder que da el oligopolio de un bien
imprescindible como la energía, para la amenaza directa en esta ocasión a cara
descubierta.
Sobre algo tan
importante y decisivo para el país como la energía, se ha corrido desde hace
muchos años un tupido velo. En los medios de comunicación se ha venido hablando
poquísimo del tema, tan poco, que por no saber seguimos sin entender siquiera
lo que significan los conceptos que figuran en el recibo de la luz, por qué tenemos la energía mas cara de Europa,
o por qué aún en medio de tantas dificultades económicas, las compañías
eléctricas reparten tan altos beneficios, y retribuyen tan generosamente a sus
altos directivos. Si los medios de comunicación dedicasen a algo tan vital e
imprescindible como la energía, la centésima parte de la atención que le
conceden al futbol, seguro que nos iría a todos muchos mejor.
Información no hay,
pero lo que no falta es propaganda, que claro supone para los medios jugosos
ingresos, de manera que el riesgo de contradecir o enojar a quien paga bien
puede disuadir a muchos. Un ejemplo reciente lo tenemos con la campaña de la
propia Iberdrola en radio, prensa y TV para decir que la carestía energética es
debida a los impuestos, no al precio real de la misma. Una campaña esta que
algunos expertos no dudaron en calificar de publicidad engañosa y por lo tanto
susceptible de ser sancionada, y además, quien sabe si relacionada con esta
reciente rueda de prensa en Londres, y otras actuaciones por llegar. ¿Está
llamada la cuestión energética en España
a una confrontación de intereses y un debate público que aclare las cosas de
una vez? Ojalá.
Las declaraciones
sorprenden también por el personaje que las hace. Ignacio Sánchez Galán es uno
de los más destacados representantes y promotores de eso que se llama “la marca
España”, y que le ha llevado a formar parte muy destacada del séquito
gubernamental en numerosos viajes promocionales por diversos países.
Pero hay mas, junto a
otros destacados “patriotas empresariales”, fue uno de los firmantes de un
documento-manifiesto titulado “TRANSFORMA ESPAÑA. Un momento clave para
construir entre todos la España admirada del futuro”, presentado al Rey el 15
de noviembre del 2010, en plena crisis económica, y al margen del entonces
Presidente del Gobierno José Luís Rodríguez Zapatero. Aquél manifiesto,
elaborado por la Fundación Everis, contiene muchas de las exigencias de
reformas estructurales que luego aplicaría el gobierno de Mariano Rajoy, y está
firmado y avalado por los empresarios y banqueros mas destacados de España, y
que representan en conjunto a mas del 90% del IBEX. Junto a Sánchez Galán
figuran: César Alierta (Telefónica), Antonio Brufau (Repsol), Juan María Nin
(La Caixa), Juan Roig (Mercadona), Antonio Vázquez (Iberia), Ángel Cano (BBVA),
Alfredo Sáenz (Santander), Baldomero Falcones (FCC), Pablo Isla (Inditex),
Borja Prado (Endesa), Francisco Román (Vodafone), Juan Abelló (Torreal) y
Felipe Benjumea (Abengoa), entre otros.
El detalle anterior
parece necesario por revelador. No es la CEOE ni la CEPYME, son los poderes
reales del país, que a través de una tupida red de poder e influencia, quieren
mandar, y mandan, aunque aparentemente no gobiernan, Controlan el poder
financiero, la energía, las telecomunicaciones,
las grandes constructoras, y en cascada miles de empresas, incluidos los
medios de comunicación. Presumen de patriotas, pero su patria es el dinero, no
el país en el que vivimos todos. ¿Qué convendría no olvidarlo y sacar algunas
conclusiones? Si, pero me temo que los ciudadanos todo esto ya lo saben, lo que
falta es saber que hacer y como para recuperar la democracia verdadera.
Xesús Mosquera Sueiro /
20 de febrero de 2014
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