domingo, 23 de febrero de 2014

La idiotez

El programa que ha emitido "la Sexta", cadena de televisión, sobre una posible versión de los acontecimientos que pudieron haberse producido para la preparación del golpe de estado del 23 de febrero de 1981, puede haber resultado exitoso desde un punto de vista económico para el consejo de administración de dicha cadena, puede haber sido divertido para los que se prestaron a la farsa, pero es en toda regla una idiotez que seguramente tendrá que ser juzgada por periodistas, políticos y ciudadanos.

No creo que sea lícito presentar ante la opinión pública un programa, del que no se ha advertido su carácter e intención -otra cosa hubiera sido si se anunciara que se trataba de una suposición- y menos valiéndose de personajes notables de la vida política nacional, que seguramente podrían haber empleado su tiempo en cosas más útiles. Particularmente grave me parece el papel que ha jugado el señor Mayor Zaragoza, estimadísimo para mí por muchas razones, lo cual daba al programa un cariz de verosimilitud sobre lo que se decía. Quizá porque se trató de una farsa inadmisible no participaron en la pantomima Felipe González, Alfonso Guerra y otros dirigentes sociales. Por fortuna tampoco ningún sindicalista, pero sí políticos que han tenido en algún momento de su andadura sonoras meteduras de pata. 

Periodistas como Iñaki Gabilondo no nos tienen acostumbrados a estas idioteces; tampoco el presentador del programa, el señor Évole, que quizá aupado en la fama y el éxito se ha dejado tentar por el paridor de la idiotez, si no ha sido él mismo, y sobre todo por los réditos económicos que habrá reportado al mencionado consejo de aministración de la cadena televisiva emisora. 

La televisión tiene que estar para otra cosa: hacer pensar a la gente sobre un fenómeno de nuestra historia reciente, como se dijo, se puede hacer de otras muchas maneras, sin recurrir a la farsa que muchos, como es mi caso, pusieron en tela de juicio desde el primer momento. La llamada de una amiga cuando el programa llevaba unos minutos de emisión, me permitió decirle que yo no entendía muchas de las cosas que se estaban diciendo. No las podía entender porque eran mentira, aunque tampoco se puedan enteder otras cosas que son verdad. 

Por otra parte no puede considerarse del todo ingeniosa la idea del programa, pues no se explicarían las condenas de los golpistas reales que, de ser meros engañados como se nos quiso hacer ver, debía habérseles exonerado. Los mejores periodistas, buenos servidores públicos, pueden llegar a no valorar, en ocasiones, el grado de idiotez que transmiten a la sociedad. Peor para ellos y para todos. 

L. de Guereñu Polán.

3 comentarios:

Xesús dijo...

No pude ver el programa,pero en vista del resultado no lo lamento.
Han pasado ya ¡33 años! y sigo preguntándome si lo sabemos todo de aquél acontecimiento... y sobre todo que se dice de él hoy en las escuelas...

FUNDACIÓN LUÍS TILVE dijo...

Como de costumbre se conocerán mejor las cosas cuando el Tribunal Supremo permita consultar los documentos codificados, que lo están siguiendo la ley en vigor. La distancia permite conocer mejor los fenómenos que cuando se está en la maraña de los mismos. En los institutos se enseña el 23-f como un ejemplo comportamiento antidemocrático y de las dificultades para establecer la democracia en España.

Isidoro dijo...

En temas como este nunca es posible conocer toda la verdad. Se conoce mucho pero se supone más, casi siempre para mal, y la provocación no es el mejor método para ampliar conocimientos