lunes, 24 de febrero de 2014

Nuestros ladrones


El durque de Lerma, campeón de la corrupción en el s. XVII

No hay país corrupto que se precie que no tenga sus ladrones particulares: desde los de poca monta hasta los de postín. En España tenemos ejemplos de todo tipo; banqueros, empresarios, sindicalistas, políticos, ministros para más señas, terratenientes, miembros de la antigua nobleza venida a menos, directivos de clubs deportivos, deportistas de "elite", especuladores, funcionarios (generalmente de alto copete) y hasta miembros de la "Casa Real". 

La ciudadanía asiste atónita al tenebroso espectáculo, pero no espabila; antes al contrario, da su confianza una y otra vez a gentes venales y sin escrúpulos que se han enriquecido a costa del erario público hasta la saciedad. Ahora mismo se ha ido a su casa el presidente de un club deportivo (gallego por más señas) que tras venticinco años al frente se ha enriquecido de forma tan abusiva que da náuseas. En las Diputaciones Provinciales de Lugo, Ourense y León, por poner tres ejemplos, tenemos otros tantos de corrupción en toda regla. El club de fútbol Atlético de Madrid y el Barcelona C. F. son otros de falsedades en documentos, evasión fiscal y otras tropelías por el estilo. 

Convergencia i Unió -la independentista "in pectore"- es otro ejemplo de corrupción con varios casos sonados. El Partido Popular se lleva la palma con más de doscientas personas de su nómina que han cobrado, defraudado, mentido, robado y delinquido de las más diversas formas durante los últimos veinte años. En este caso es comprensible, pues contaron con un maestro aventajado como es el caso del ya fallecido Manuel Fraga, aprendiz a su vez en los campos del franquismo más corrupto y miserable. 

Malversaciones en la construcción del AVE, trampas con la Banca Catalana como telón de fondo, el famoso caso Brugal que afecta al Partido Popular de la Comunidad Valenciana, el caso Bárcenas, que lo corrompe todo como todo lo convertía en oro cuando lo tocaba el rey Midas; la Caja de Ahorros del Mediterráneo, la de Madrid y la CaixaNova gallega son otros tres ejemplos de enriquecimiento de unos pocos a costa de unos muchos. Sus delitos están todavía impunes. 

El caso "campeón" implica a los partidos Socialista y Convergencia i Unió", como el Pokémon implica a casi todos los empresarios, políticos y allegados en Galicia (entiéndase esto en un sentido figurado, pero no desencaminado). Ayuntamientos como el de Santiago de Compostela, Alicante y otros son ya tan escandalosos que la población más prudente no puede sino esbozar una amarga sonrisa al oir hablar de elllos. 

Personajes como Conde Roa, Sepúlveda, Baltar, Dorado, Miñanco, Fraga, Cacharro, Mato, Matas, Cascos, Arenas, Rajoy, Aznar, Rato, Agag, Maseiro, Villar Mir, Sanchis, Lapuerta, González (don Ignacio), Fabra, Gil, Muñoz, López Viejo, García Escudero... se amalgaman como si no hubiese entre ellos distinción, como si formasen parte de una ósmosis compacta e instransferible. Otros casos son los de Mercasevilla, Dívar (el juez disfrutador), Emarsa, Filesa, Malaya, Nueva Rumasa (igual que la vieja), Palau, Noós... Aquí hasta la Casa Real y su jefe al frente, el propio rey, están encuadrados, pues no se explica que éste no hubiese encubierto a su hija y yerno.

Los casos Palmarena y Palleronls inmplican a los dos nacionalismos más en boga: el español del PP y el catalán de CiU. Hay otros casos pintorescos como el Salmón y el de Tabacalera, que ha permitido -este último- enriquecerse a un tal Alierta sin que se inmute el personaje, sin que haya juez que le meta mano (perdóneseme la expresión). Las estafas del lino en Castilla-La Mancha y de los ERE en Andalucía harán época, pero hay otros que no son de peor enjundia que los citados, lo que pasa es que no dispongo de todo el espacio y además me canso. 

Nuestros banqueros -en general- han sido unos aventajados del robo sin mano armada; nuestros empresarios unos adalides de la explotación obrera y del delito fislcal; nuestros políticos no les van a la zaga en enriquecerse en pocos años, por más que haya muchos honrados, pero también muchos -en términos absolutos- verdaderos crápulas. Hay deportistas de "elite" que se las traen engañando al fisco y a los incautos hinchas; hay especuladores de tomo y lomo en el país. Si hubiera que calificar a nuestro paisanaje por el nivel moral que demuestra estaría quizá muy por debajo del que demostraron los grandes capos de los años treinta en Estados Unidos o del Renacimiento en Italia. 

El actual Gobierno está a la cabeza de todo esto: calla, otorga, encubre, permite, se presta, colabora, no combate... muy al contrario, está metido hasta la mierda en un estado de cosas que llevará a nuestro país a una situación de miseria peor de la que ahora sufrimos.  

L. de Guereñu Polán.

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