El durque de Lerma, campeón de la corrupción en el s. XVII |
No hay país corrupto que se precie que no tenga
sus ladrones particulares: desde los de poca monta hasta los de postín. En
España tenemos ejemplos de todo tipo; banqueros, empresarios, sindicalistas,
políticos, ministros para más señas, terratenientes, miembros de la antigua
nobleza venida a menos, directivos de clubs deportivos, deportistas de
"elite", especuladores, funcionarios (generalmente de alto copete) y
hasta miembros de la "Casa Real".
La ciudadanía asiste atónita al tenebroso
espectáculo, pero no espabila; antes al contrario, da su confianza una y otra
vez a gentes venales y sin escrúpulos que se han enriquecido a costa del erario
público hasta la saciedad. Ahora mismo se ha ido a su casa el presidente de un
club deportivo (gallego por más señas) que tras venticinco años al frente se ha
enriquecido de forma tan abusiva que da náuseas. En las Diputaciones
Provinciales de Lugo, Ourense y León, por poner tres ejemplos, tenemos otros
tantos de corrupción en toda regla. El club de fútbol Atlético de Madrid y el
Barcelona C. F. son otros de falsedades en documentos, evasión fiscal y otras
tropelías por el estilo.
Convergencia i Unió -la independentista "in
pectore"- es otro ejemplo de corrupción con varios casos sonados. El
Partido Popular se lleva la palma con más de doscientas personas de su nómina
que han cobrado, defraudado, mentido, robado y delinquido de las más diversas
formas durante los últimos veinte años. En este caso es comprensible, pues
contaron con un maestro aventajado como es el caso del ya fallecido Manuel
Fraga, aprendiz a su vez en los campos del franquismo más corrupto y
miserable.
Malversaciones en la construcción del AVE,
trampas con la Banca
Catalana como telón de fondo, el famoso caso Brugal que
afecta al Partido Popular de la Comunidad Valenciana, el caso Bárcenas, que lo
corrompe todo como todo lo convertía en oro cuando lo tocaba el rey Midas; la Caja de Ahorros del
Mediterráneo, la de Madrid y la
CaixaNova gallega son otros tres ejemplos de enriquecimiento
de unos pocos a costa de unos muchos. Sus delitos están todavía impunes.
El caso "campeón" implica a los
partidos Socialista y Convergencia i Unió", como el Pokémon implica a casi
todos los empresarios, políticos y allegados en Galicia (entiéndase esto en un
sentido figurado, pero no desencaminado). Ayuntamientos como el de Santiago de
Compostela, Alicante y otros son ya tan escandalosos que la población más
prudente no puede sino esbozar una amarga sonrisa al oir hablar de
elllos.
Personajes como Conde Roa, Sepúlveda, Baltar,
Dorado, Miñanco, Fraga, Cacharro, Mato, Matas, Cascos, Arenas, Rajoy, Aznar,
Rato, Agag, Maseiro, Villar Mir, Sanchis, Lapuerta, González (don Ignacio), Fabra, Gil, Muñoz, López Viejo, García Escudero... se amalgaman
como si no hubiese entre ellos distinción, como si formasen parte de una
ósmosis compacta e instransferible. Otros casos son los de Mercasevilla, Dívar
(el juez disfrutador), Emarsa, Filesa, Malaya, Nueva Rumasa (igual
que la vieja), Palau, Noós... Aquí hasta la Casa Real y su jefe al
frente, el propio rey, están encuadrados, pues no se explica que éste no
hubiese encubierto a su hija y yerno.
Los casos Palmarena y Palleronls inmplican a los
dos nacionalismos más en boga: el español del PP y el catalán de CiU. Hay otros
casos pintorescos como el Salmón y el de Tabacalera, que ha permitido -este
último- enriquecerse a un tal Alierta sin que se inmute el personaje, sin que
haya juez que le meta mano (perdóneseme la expresión). Las estafas del lino en
Castilla-La Mancha y de los ERE en Andalucía harán época, pero hay otros que no
son de peor enjundia que los citados, lo que pasa es que no dispongo de todo
el espacio y además me canso.
Nuestros banqueros -en general- han sido unos
aventajados del robo sin mano armada; nuestros empresarios unos adalides de la
explotación obrera y del delito fislcal; nuestros políticos no les van a la zaga
en enriquecerse en pocos años, por más que haya muchos honrados, pero también
muchos -en términos absolutos- verdaderos crápulas. Hay deportistas de
"elite" que se las traen engañando al fisco y a los incautos hinchas;
hay especuladores de tomo y lomo en el país. Si hubiera que calificar a nuestro
paisanaje por el nivel moral que demuestra estaría quizá muy por debajo del que
demostraron los grandes capos de los años treinta en Estados Unidos o del
Renacimiento en Italia.
El actual Gobierno está a la cabeza de todo esto:
calla, otorga, encubre, permite, se presta, colabora, no combate... muy al
contrario, está metido hasta la mierda en un estado de cosas que llevará a
nuestro país a una situación de miseria peor de la que ahora sufrimos.
L. de Guereñu Polán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario