lunes, 26 de mayo de 2014

Bendito sur, bendita Asturias

Una vez más, como ya ocurriera en convocatorias anteriores, Andalucía, Extremadura, Asturias y, en menor grado, Castilla-La Mancha, han sido las Comunidades donde el Partido Socialista ha obtenido los mejores resultados, siendo la fuerza más votada en líneas generales. Y ello después de lo que ha llovido, porque sinvergüenzas en las filas socialistas no ha dejado de haberlos en ningún lado.

Hay razones objetivas para que esto sea así (los buenos o aceptables resultados electorales en dichas Comunidades). En primer lugar la estructura de la propiedad en el sur, donde una abundante población rural sigue sin ser propietaria de la tierra que trabaja, muchos siguen siendo jornaleros, los peor tratados de todos los trabajadores del campo, seguidos de aparceros y arrendatarios. En las ciudades el sector servicios está muy abultado por los asalariados de la hostelería, del transporte, del pequeño comercio, incluso hay muchos autónomos y pequeños empresarios que no han dejado -en general- de confiar en el Partido que ha sido de sus padres y de sus abuelos. 

Hay en las Comunidades citadas una conciencia colectiva, que todavía vive, de que la población mayoritaria sufrió la derrota en la guerra civil de 1936: casi no hay familia asturiana que no tenga ascendientes mineros, incluso vecinos y parientes en la actualidad, trabajadores de los puertos de Gijón y Avilés. En el caso de Extremadura y Andalucía existe esa misma conciencia y la tasa de afiliación a los sindicatos de trabajadores es muy superior al de otras partes de España, lo mismo que antes y durante la II República española, lo mismo que durante el franquismo (junto a los cinturones obreros de las ciudades industriales). 

El proceso de terciarización de la conomía que se ha producido en Madrid, Valencia y Cataluña (por ejemplo) no ha sido el mismo que en el sur: aquí la población del sector terciario sigue marginada, mal pagada, no puede ver con simpatía a un partido que se corrompe y practica las más fieles maneras del franquismo (no obstante lo cual el PP ha obtenido resultados que no permitirán lanzar las campanas al vuelo). En Asturias hay un gobierno socialista en minoría que es respetado por buena parte de la población porque no ha estado inmerso en casos de corrupción, mientras que la tradición socialista en Castilla-La Mancha se remonta más bien a la transición democrática. 

También hay razones subjetivas para que el sur y Asturias voten en primer lugar al Partido Socialista: el trabajo realizado por las organizaciones socialistas de base, el sentido comunitario de muchas de sus costumbres, ya en la política o en las relaciones sociales en general. El sur y Asturias, benditas sean, salvan al Partido Socialista de una derrota mayor. Aprendamos si es que queremos. 

L. de Guereñu Polán.

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