lunes, 26 de mayo de 2014

¿Es malo en sí mismo el bipartidismo?

¿Por que va a ser malo si es lo que quieren los ciudadanos o la mayoría de ellos? Lo realmente malo es que quisiesen que los dos que forman el bipartidismo fuesen conservadores, defensores de los intereses de las minorías poderosas; siempre que exista un partido progresista, honrado, de izquierdas, comprometido con su pueblo, que forme parte de ese bipartidismo y que gane las elecciones, el bipartidismo no tiene nada de malo.

El fraccionamiento electoral en la Bulgaria del perído de entreguerras llevó a uno de los países más igualitarios de los Balcanes al desastre económico y a la vinculación del país a la Alemania e Hitler. La II Repúbica española tuvo una estructura de partidos que imposibilitó el acuerdo en ocasiones y así le fue (además por otras muchas causas). Algo parecido ocurrió a la República de Weimar alemana, que no fue capaz de contener el desorden público protagonizado primero por los espartaquistas y luego por los nazis y sus compañeros de viaje. Y así podríamos decir de la I República portuguesa y poner otros ejemplos.

Lo que es malo es que el bipartidismo sea el resultado de un sistema electoral amañado, como en el caso norteamericano, basado en el poder económico de los candiatos: en Estados Unidos casi nunca vota más del 49% del censo y todos los asambleistas y senadores son millonarios o multimillonarios. Casi se puede decir otro tanto de los Goberenadores de los diversos estados... En Gran Bretaña el bipartidismo es consecuencia del sistema mayoritario imperante, el que quería el señor Fraga para España, con el objeto de falsear cuanto más la realidad. Así sirvió él al franquismo durante buena parte de su vida. 

Estados Unidos y Gran Bretaña son ejemplos de estabilidad política, pero esto no es todo para un socialista que se precie: ha de perseguir la justicia social, la igualdad no solo jurídica sino económica entre todos los habitantes, reduciendo el nivel de renta y de riqueza entre unos y otros. Por lo tanto el debate bipartidismo sí o no es absurdo e inútil, porque en última instancia depende de los electores. Los que han venido criticando el bipartidismo existente en España (los que ahora han conseguido escaños o más escaños) han visto como no es la ley electoral el problema, aunque es perfectible, sino el que la población apoye o no las propuestas que se le presentan.

Creo que el bipartidismo (más o menos imperfecto) volverá a España en unas elecciones generales-legislativas, donde la participación es mucho mayor que en unas europeas, donde la gente se juega mucho más que en las recientemente celebradas, sobre las que existe la conciencia de que sirven para situar a unos cuantos que han ocupado anteriormente cargos públicos y "no deben quedarse en la calle". Mala cosa pensar así, pero así piensan los partidos mayoritarios en España (fuera de España) y algunos minoritarios. 

La sociedad -aparte procesos revolucionarios o reaccionarios de gran alcalce- es terca: tiende a situarse, de forma natural, en uno de los dos grandes campos del espectro político: el progresismo, la generosidad, el ejemplo, la honradez y las políticas de igualdad o en el otro, el conservadurismo, el egoismo, el refugio en los partidos de los que no piensan o piensan solo en ellos. 

L. de Guereñu Polán.

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