Hace
algunos meses publiqué un artículo en el que analizando distintos sistemas
electorales llegaba a una doble conclusión: 1 – Ningún sistema electoral es
perfecto desde el punto de vista democrático y 2 – Continuará. En esto estamos
y la moda es discutir sobre Primarias.
Sin
duda debido al shock producido por los resultados de las Elecciones Europeas,
analistas supuestos expertos, políticos en activo, militantes, simpatizantes y,
lo que resulta kafkiano, abstencionistas declarados, apoyan con entusiasmo
primarias, primarias abiertas, primarias antes que congresos, congresos antes
que primarias, y variantes diversas. No parece haber lugar a un mínimo de
argumentos, salvo el de mayor participación de los ciudadanos para un mayor
compromiso de los mismos, el resto parece una cuestión de fe, se cree en el
efecto taumatúrgico de cualquier primaria.
Atención,
cierto es que las primarias pueden servir para mejorar el funcionamiento
democrático de Partidos y Organismos como los Gobiernos, Parlamentos, etc.,
pero no es menos cierto que no es una opción libre de riesgos, e incluso
peligrosa para la propia Democracia, si no se efectúan con unas garantías
exigentes.
Partidos.-
Empecemos por el ámbito de los Partidos. La virtud a aplaudir es que a mayor
participación, de los que tienen algún compromiso adquirido con el ideario o
programa de un partido, mayor apoyo activo será de esperar. El primer defecto
es que el sistema siempre obliga a debatir, y lo que debería ser virtuoso, a
los ojos ajenos se convierte en combustible de los adversarios que acusaran de
división e inestabilidad. Por cierto algún requisito, mayor que pagar 2 €, será
necesario exigir a los “simpatizantes” para que no se infiltre la competencia.
Ninguna empresa de éxito dejaría decisiones importantes a quien no fuera su
socio. Los Congresos han sido garantía de democracia similares a las primarias,
eso sí también con sus limitaciones
Candidaturas.-
Salvo que exista algún registro oficial que evite dobles, o múltiples,
compromisos, un mismo votante podrá apostar simultáneamente por candidatos de derechas, de izquierdas, de centro y
extremos. Inaceptable para una democracia sana.
Otros
ámbitos.- Tomemos un ayuntamiento de cierta importancia, en el que exista una
empresa con un número importante de trabajadores, cuyo salario depende del
humor del empresario, ¿que impide que, con una muy modesta inversión, la lista
de “simpatizantes” sea suficientemente importante para colocar como candidato a
alcalde alguien próximo al empresario?
El
PSOE tiene unos 200.000 afiliados, si las primarias son “abiertas”,
“completamente abiertas” como algunos reclaman, con menos de un millón de € se
puede casi garantizar candidatos para cualquier nivel, el único requisito adicional,
para conseguirlo, es tener un colectivo
ciudadano cautivo o dependiente sobre el que actuar. ¿Cuántos bancos,
multinacionales y simples inversores, están en condiciones de caer en la
tentación? No es necesario comentar que menor número de militantes más
fácilmente los candidatos de los partidos los pueden poner los que tienen
medios. Si no se toman fuertes precauciones y cautelas, incluso en los ámbitos
más amplios los candidatos a: grandes Ayuntamientos, CCAA, Estados e incluso a
la UE, con sus 500 millones de ciudadanos, quedaran al alcance de grupos, lobbies
y otros actores, cuya respetabilidad democrática es mucho más discutible que la
de los “aparatos” de los partidos.
Seguiremos
informando.
Isidoro
Gracia
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