viernes, 25 de julio de 2014

Dieciseis años perdidos

Desde que en 1998 los socialistas votaron por primera vez en elecciones primarias (Borrel / Almunia) no se ha hecho otra cosa sino perder el tiempo en esta materia. Aquella experiencia debió haber valido para que se pensase en la mejor fórmula que consolidase la democratización que aquellas primarias representaron.

A nadie cabe duda ya de que la dirección socialista de entonces no pensó que pudiera darse el resultado que se dio, y por eso el señor Almunia, ya en campaña, y cuando los primeros sondeos anunciaban lo que luego sería, dijo que si no era elegido candidato a la Presidencia del Gobierno dimitiría como Secretario del Partido. Luego se confirmó lo primero, pero no lo segundo, de lo que me alegré en ambos casos. A partir de ese momento las primarias han seguido un curso irregular y lleno de indefiniciones que han planteado no pocas discusiones estériles entre algunas federaciones y la dirección central. De igual manera se ensayaron primarias en las agrupaciones locales. 

Ahora llegamos al año 2014 y, por el deseo de los tres candidatos, se celebraron primarias sin prever que podría darse el caso que se ha dado: que el ganador no alcanzase ni siquiera el 50% de los votos, lo que resta legitimidad a su elección. Ahora vendrá un congreso para el que no ha habido discusión alguna sobre las políticas que necesita el país, embobada como está la militancia en otras cosas. En las redes sociales se publican fotografías y comentarios sobre las delegaciones de unas y otras agrupaciones al congreso, como si de una alegre muchachada que va de viaje se tratase. Pero no veo en ningún lado -ni por parte de los dirigentes- ideas sobre inmigración, pertenencia a la UE, Palestina, economía global, investigación y desarrollo, el papel de la Internacional Socialista (desaparecida sin combate) y otros importantes asuntos.

Si se me dice que el congreso ha de servir para discutir todo esto se me puede caer la mandíbula de la risa, pues en dos días es imposible. El congreso solo servirá para que los delegados actúen como autómatas confirmando al elegido en primarias, así como a sus colaboradores en la Comisión Ejecutira. Y luego vendrán -al parecer- unas primarias para elegir al candidato socialista a la Presidencia del Gobierno... ¿Para que? ¿No se confía en el Secretario recientemente elegido? ¿Habrá bicefalia? En el Partido Socialista Obrero Español, al contrario que en otros países, el Secretario nunca ha sido un funcionario al servicio de los que ocupan las instituciones, sino que ha sido un representante político que asume la Presidencia del Gobierno cuando las elecciones generales así lo indican. 

Yo soy un ciudadano que quiere lo mejor para el Partido Socialista, esperando que sea lo mejor para el país, pero creo que el Partido Socialista no se deja. Es una lástima que se hayan perdido dieciseis años sin definir la fórmula de las primarias en todas las instancias, así como es una lástima que muchos militantes no realicen labor sindical alguna, no participen en asociaciones cívicas, no exista, en definitiva, una política para que el Partido Socialista, por medio de sus militantes, esté presente en todos los entresijos de la sociedad. 

L. de Guereñu Polán.

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