El artículo 140º de la Constitución española
establece que “los alcaldes serán elegidos por los Concejales o por los
vecinos…”. Hasta aquí, por lo tanto, nada hay de nuevo en estas dos
posibilidades, lo que ocurre es que la truculencia y la tendencia a la trampa
del Presidente del Gobierno, normalmente rodeado de delincuentes, le lleva a
echar cuentas y ver cual es el reglamento que más le interesa para ganar el
partido.
El que una candidatura que no ha obtenido la
mayoría absoluta de escaños pueda gobernar un municipio es perfectamente
democrático si es la más votada, pero para que dicho municipio no sufra las
consecuencias de aquella condición minoritaria, dicha candidatura habrá de
tener la capacidad de pactar con la oposición, o parte de ella, y llevar
adelante una política de estabilidad, particularmente en la aprobación de los
presupuestos anuales. Si no es así la minoría gobernante puede verse
imposibilitada de sacar adelante ni una sola de las medidas que considere oportunas.
¿Está pensando don Mariano en anular la
posibilidad de la moción de censura por parte de la oposición en la nueva ley
electoral municipal? Esto sí que sería grave y antidemocrático, posiblemente
anticonstitucional, y en todo caso paralizador de la política local. ¿Está
pensando don Mariano en que las mociones de censura no puedan presentarse sino
transcurridos dos años –por ejemplo- o una sola vez en cada mandato? Otra
tentación muy perniciosa que permitiría a los alcaldes en minoría aferrarse al
sillón sin poder hacer nada por sus vecinos.
Sabemos que también está pensando el Presidente
del Gobierno en una ley electoral que permita ocupar la mayoría de escaños a la
candidatura que, al menos, alcance el 40% de los votos emitidos. Sería una
vuelta atrás. Esto ya estuvo en vigor durante la
II República española y más tarde se ha
criticado con denuedo, sobre todo por la derecha española… hasta que a ella le
interesa.
¿Podría la oposición –mayoritaria- hacer
aprobar unos presupuestos y otra serie de medidas, contra la candidatura del
alcalde, minoritaria? La elección directa de alcaldes solo es posible si se
piensa en una madurez democrática por parte de los dirigentes locales, capaces
de pactar. Pero, si no es con xenófobos, fundamentalistas, neofranquistas o por
el estilo ¿con quien podrá pactar el Partido Popular? La moción de censura debe
quedar garantizada en la nueva ley –próxima o menos próxima- y que, ante la
falta de acuerdo entre quien ha obtenido la alcaldía de forma directa y la
oposición, quepa la posibilidad de otra mayoría que dé estabilidad a los
Ayuntamientos. No estamos para bromas, aunque don Mariano solo piense en
términos electorales y no en la muy notable política que corresponde a los
municipios.
L. de Guereñu Polán.
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