martes, 24 de febrero de 2015

“LOCA POR SU INAGOTABLE ESPERANZA” (Rosalia)


El 24 de febrero de 1837 nace en Compostela, Rosalía de Castro, una de las grandes divulgadoras de la lengua gallega. Su verbo cálido, próximo, su prosa y su verso  alcanzaron el corazón de Galicia contribuyendo a la recuperación de su identidad nacional y cultural. Fue una de las escasas mujeres de su época que contribuyeron a ello.  

Haciendo caso a los registros es hija de padres desconocidos…Tan desconocidos, que su señor padre era un clérigo cuarentón nacido en Ortuño en 1798 cuando los Borbones franceses dialogaban sobre su futuro con la guillotina. El reverendo padre  D.  José Martínez Viojo , 5º miembro de una familia numerosa de cierto peso. Su madre, doña María Teresa de la Cruz de Castro y Abadía, una hidalga venida a menos que la tuvo con 33 años… Su infancia es tutelada  por  dos de las hermanas del desahogado hombre de Cristo, primero en la localidad de Ortoño en la residencia familiar paterna,  "Casa do Castro”, y posteriormente en la villa   de Padrón.   Tales antecedentes empedraron su vida de una incomprensión social que refleja su partida de nacimiento: “hija de padres incognitos”.  Pasados unos años, enfriado el escándalo del eclesial engendramiento y convertida en mocita de 16 años, su madre  María Teresa la tomó a su  cargo.  Su origen y sobre todo ser la “hija del cura”  aun en una sociedad  como la gallega más permisiva que otras ante el hecho de los hijos naturales, marca su  impronta en su obra literaria.

Cando nace Rosalía,  Larra opta por abandonar el mundo de un pistoletazo en la cabeza con treinta y pocos años. Poetisa y narradora es protagonista indiscutible, junto con Gustavo Adolfo Bécquer, del romanticismo tardío español, como lo muestra su  obra escrita en castellano y en gallego. Por méritos propios se sitúa entre las autoras  más destacadas de la poesía española de todos los tiempos.

Rosalía de Castro

Su matrimonio con Manuel Murguía, periodista,  historiador y escritor, uno de los más activos impulsores del “ Rexurdimento gallego”, y padre de  la Real Academia Gallega,  más allá de su carácter más o menos interesado o de  una posible felicidad dudosa, fue  fructífero por partida doble . Lo fue para la Republica de la Letras de la segunda mitad del siglo  XIX,  y en descendencia, engendrando  una prole de siete hijos de los cuales la mayor falleció en 1937,

  Como precursora, Rosalía, durante sus cortos 48 años de vida, no solo lo fue de la métrica del modernismo, sino también de un feminismo en ocasiones silencioso pero, pero incuestionable, como correspondía a una época donde la manifestación pública de la mujer era algo inconcebible. La poeta gallega lo sabía. Lo expone cáusticamente en la novela datada en Vigo en 1959: «…olvide, entre otras cosas, que su autor es una mujer. Porque todavía no les es permitido a las mujeres escribir lo que sienten y lo que saben».  Su condición de escritora, la enfrentó  a la ideología dominante y a  la reacción y discriminación  pública. Se lo hace manifestar a uno de sus personajes de ficción: « el patrimonio de la mujer son los grillos de la esclavitud».

En   una carta a Manuel  Murguía su esposo,  le expone, «Si yo fuese hombre, saldría en este momento  me dirigiría a un monte, pues el día está soberbio; tengo, sin embargo, que resignarme a permanecer encerrada en mi gran salón».  También se queja amargamente en otra carta a una amiga: “Pero, sobre todo, amiga mía, tú no sabes lo que es ser escritora. Serlo como George Sand vale algo; pero de otro modo, ¡qué continuo tormento!; por la calle te señalan constantemente, y no para bien, y en toda parte murmuran de ti. Si vas a la tertulia y hablas de algo de lo que sabes; si te expresas siquiera en un lenguaje algo correcto, te llaman bachillera, dicen que te escuchas a ti misma, que lo quieres saber todo. Si guardas una prudente reserva, ¡qué fatua!, ¡qué orgullosa!… Si vives apartada del trato de gentes, es que te haces la interesante, estás loca, tu carácter es atrabiliario e insoportable o pasas el día en deliquio poético y la noche contemplando las estrellas, como Don Quijote”.  Subraya  la insolidaridad que recibe de las personas de su género: “Las mujeres ponen en relieve hasta el más escondido de tus defectos”   y en el caso de  los hombres…” no cesan de decirte siempre que pueden que una mujer de talento es una verdadera calamidad, que vale más casarse con la burra de Balaán, y que sólo una tonta puede hacer la felicidad de un mortal varón”…

Forma parte de la biografía literaria del siglo XIX, compartiendo con Eduardo Pondal y Curros Enríquez  aspectos  emblemáticos del Rexurdimento gallego,   por su aportación literaria en general. Con la publicación de “Cantares Gallegos” en el año 1863, protagoniza un hito trascendente en el Rexurdimento de las letras gallegas, Marca  un punto de inflexión en la historia de la literatura gallega. Con un elevado ejercicio lingüístico y literario,  prestigió al gallego como lengua literaria   y reivindicó su uso. Los temas tratados en Cantares Gallegos, otorgan a su obra un carácter sociopolítico reflejando las duras y pésimas condiciones bajo las que se encontraba la sociedad rural gallega, al mismo tiempo que reivindicaba al gallego frente al castellano, y a Galicia frente al resto de España. Se puede decir que Rosalía pretendió defender y redescubrir a la cultura e identidad gallega, las cuales habían sido obviadas por la ideología centralista estatal, contribuyendo a que tomase conciencia de su propia dignidad.  

Rosalía, ya en la fase final de su vida breve e intensa que se apagaría en Padrón,  se autodefine “loca por su inagotable esperanza”. Esperanza en las gentes de su tierra, pese a que le persiga hasta  la tumba  la discriminación  como mujer y como escritora. En la sórdida mezquindad de su partida de defunción se la reseña como, Doña Rosalía de Castro y, entre paréntesis,  tres palabras: «sin otro apellido». Se ignora su condición de poetisa o escritora.  Por el contrario la de su esposo cita: «célebre historiador».

Como es habitual fue reconocida tras su muerte provocada prematuramente por un  cáncer de útero.  Diez años después de su muerte fueron trasladados sus restos con pompa y boato a la Iglesia de Santo Domingo de Bonaval en Santiago de Compostela.       

Fuentes bibliográficas:

Mcbiografias.com,  BOUZA BREY, Fermín. Estudios Rosalianos. Aspectos da vida e obra de Rosalía de Castro. Vigo: Galaxia, 1979. CORTINA, A. Prólogo a Obra poética de Rosalía de Castro. Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1942. COSTA CLAVELL, Javier. Rosalía de Castro. Barcelona: Plaza & Janés, 1967. FIGUEIRA VALVERDE, José. Introducción a Poems of Rosalía de Castro. Madrid: The Ministry of Foreing Affairs, 1964. MAYORAL, Marina. La poesía de Rosalía de Castro. Madrid: Gredos, 1974. NAYA PÉREZ, Juan. Inéditos de Rosalía. Santiago de Compostela: Publicaciones del Patronato de Castro, 1953. NOGALES DE MUÑIZ, María Antonia. Irradiación de Rosalía de Castro. Palabra viva, tradicional y precursora. Barcelona, 1966. POULLAIN, Claude Henri. Rosalía de Castro de Murguía y su obra literaria. Madrid: Editora Nacional, 1974. SANTAELLA MURIAS, Alicia. Rosalía de Castro. Vida poética y ambiente. Buenos Aires, 1942.

 Antonio Campos Romay   

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