Un reportaje de Jordi Évole nos refiere
descarnadamente la historia de una
capitán del Ejército que vio cómo su vida y su carrera militar se iban a hacer
puñetas por el acoso enfermizo y descerebrado de un superior suyo, el teniente coronel
ISIDRO JOSÉ DE LEZCANO-MÚJICA. Este
sujeto, indigno del uniforme en el que embosca su miseria moral, sumó a sus
ataques libidinosos hacia la capitán, el acoso laboral. Este “héroe”
de opereta, con el honor en las estrellas (esas tan lejanas que resultan
inasequibles), ejerció su “heroica vocación militar” babeando por los rincones
para acosara y agredirla cuando esta no se doblegó a sus indecentes propósitos
o le informa que va dar parte de los mismos a sus superiores. La Institución militar cuando la oficial da
el difícil y valiente paso de poner en conocimiento el comportamiento desenfrenado
del teniente coronel ISIDRO JOSÉ DE LEZCANO-MUJICA, en lugar de escuchar y amparar a la ofendida, zanjando de forma
expeditiva y legal el tema, mira al
tendido primero y, luego pone la maquinaria
en son de desprestigiar y humillar a la capitán.
Sin que falten la coacción, las amenazas, mentiras y denuncias falsas. El
estamento militar empeñado en tapar las vergüenzas llega hasta el extremo de llamar
a la diputada Irene Lozano (UPyD), para exigirle garantías de que dejase de
hacer “ruido político” con el caso…Previamente le habían puesto toda clase de
dificultades por el camino. Sobre esa misma cúpula militar recaen sospechas de
alentar con escasa sutilidad órdenes a sus subordinados para poner pintadas
amenazadoras contra la capitán…
Si la cobardía permitiese a este individuo
participar en misiones internacionales, ¿qué garantía tiene España de que su
prioridad no sea el acoso sistemático de las ciudadanas de los países donde se
interviene aprovechando su situación de desvalimiento?. ¿Es esto lo que deseamos
cuando nuestro Ejército sale al exterior? Cuando este sujeto vuelva a ponerse
el uniforme ascendido a coronel por el gobierno, el compadreo de su ministro
del ramo y las amplias tragaderas del PP… ¿lo hará antes o de después de
estudiar sus antecedentes psiquiátricos para saber si ha corregido su patología enfermiza de
acosador de aquellas que considera débiles por sus circunstancias concretas, y
por ello de pisoteables en orden a su rango y condición de género? ¿Este es el
ejercito que todos deseamos hoy, cuarenta años después de la dictadura militar y una transición, con “ruido de sables” y el intervencionismo más grosero
sobre “temas civiles”? ¿Esta es la
“política militar que la derecha española de Rajoy, capitaneada por su sector más extremista nos quiere legar?.
En cuanto a este sujeto, ¿no sería mejor enviarlo a Valladolid con el alcalde León
de la Riva, como jefe de su policía local?
Seguramente habría una magnifica sintonía entre estos dos especímenes
que deshonran al hombre como ser normal y equilibrado.
La insultante realidad, un motivo
más de indignación entre las muchas indecencias y atropellos que inundan esta
monarquía bananera, la muestra este delincuente condenado a 2 años y 10 meses, por abuso de autoridad y trato degradante, en
Alcalá Meco. La sentencia quizás no sea casualidad, como casi nada lo es…Con la
doctrina militar dos meses más le hubieran significado salir de la carrera
militar. El delincuente convicto, ISIDRO JOSÉ DE LEZCANO-MÚJICA, ha sido premiado por el PP y su hombre en
Defensa, Morenés, con el empleo de coronel. La agredida, acosada y perseguida,
hoy comandante, se irá a la calle. El jefe de la monarquía bananera, a la vez Capitán
General de los Ejércitos, jefe supremo de los mismos,…no dice ni pio...Los
altos mandos castrenses menos, y menos todavía, el ministro Morenés, sujeto muy conocido en el negocio de las
armas y que promovió a general al muñidor del tema. El, es el gran encubridor y
responsable político.
Si nadie actúa con decencia en el
caso, el descredito recaerá injustamente sobre toda la Institución. La militar
acosada manifestaba en una
declaraciones: “Ésa es la cúpula militar
que tenemos (y que yo estoy convencida de que no nos merecemos), cúpula en la
que no todos, pero sí muchos son cobardes, y se parapetan bajo un uniforme y se
llaman patriotas. Enarbolan la bandera mientras escalan en sus carreras. Poco
importa que se aprueben injustas normas ad hoc para favorecer a los de
siempre... Se cometen atropellos contra la dignidad y los derechos de las
personas. Ellos podrían cambiar las cosas, pero les conviene mantenerlas como
antaño.
Mi historia termina así, con mi adiós a las armas, mi despedida de una
profesión que amo (...). Creo que es la primera vez que un militar se atreve a
contar su historia aportando nombres y apellidos de "compañeros" en
activo para poner caras a los culpables. Lo hago, en primer lugar, porque creo
que hay que denunciar a los responsables, porque hay muchos militares honrados
dejándose la piel, y hay que diferenciarlos. En segundo lugar, porque no todos
somos iguales ante la ley, pero tampoco ante la corrupción, el servilismo...
Tengo la firme convicción de que el Ejército español necesita un cambio
importante, necesita una reestructuración orgánica y de mentalidad para
conseguir una mayor operatividad (...), pero, sobre todo, se necesitan
verdaderos líderes que lo dirijan. Que el cumplimiento de las leyes y la
transparencia entre a raudales en esta oxidada estructura, porque el Ejército
necesita rejuvenecer.
Supongo que me queda por oír muchas veces la cantilena de "Ya
sabías lo que había cuando ingresaste" o "Si no te gusta, vete".
Por mi parte, sigo considerándome una verdadera patriota que ama a su país y
cree en la necesidad de unas Fuerzas Armadas eficaces.
Cuando decidí denunciar a Lezcano, supuse que mi trayectoria
profesional se vería afectada y que, probablemente, tanto José (su esposo) como
yo nos veríamos privados de destinos o de cursos por "habernos enfrentado
al sistema", pero nunca imaginé que la injusticia triunfaría de tal modo.
No me voy, me han echado (...). Asumo que tendré que empezar de cero y no
pienso rendirme para ser feliz".
El Ejército de España, tras un
largo camino de reconciliación con la sociedad, no se merece, ni ciertos
políticos ni ciertos mandos militares. Dice el todavía ministro Morenés, que se
ensucia el nombre de las FFAA… No ministro es usted quien lo ensucia. Ascendiendo
a coronel a apologetas del golpismo que lo celebran en unidades militares con
paella…Haciendo generales a quienes no se privan de hacer política desde su
mando…Ocultando trapos sucios y siendo cómplice de sus autores…Usted ministro,
el gobierno al que pertenece y algunos mandos que frívolamente promociona para
no se sabe que espurios intereses…Eso si enlodan la imagen de unas FFAA
modernas y con vocación democrática. FFAA en las que la inmensa mayoría de sus
miembros se distinguen de forma ejemplar en sus misiones, y en los diversos
escenarios que cubren, merecen cariño y respeto.
Antonio Campos Romay
1 comentario:
Y en manos de doña Chacón también.
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