viernes, 12 de junio de 2015

EL MIEDO DE LOS JUBILADOS

El número de pensionistas (que no de pensiones) de la seguridad social en España es de 8.500.000 personas. La población total española se acerca a los 47 millones, y el número de electores según el censo para este año 2015 se acerca a los 35 millones. Los jubilados y pensionistas españoles pues, suponen el 25% del electorado, un porcentaje importante, tal vez decisivo.

Con la crisis, los poderes financieros y el Partido Popular asustaron a los jubilados y a sus familias con la amenaza de la quiebra del sistema de las pensiones publicas, y a su amparo congelaron sus cuantías e impusieron una reforma en virtud de la cual han  perdido poder adquisitivo y están condenadas a seguir perdiéndolo en los años futuros. En paralelo subieron el IRPF, excluyeron muchos medicamentos de las prestaciones e impusieron el copago de todos los demás incluidos en la seguridad social. Además, durante estos años, los jubilados y sus pensiones han servido de colchón social para paliar las graves carencias en materia de prestaciones por desempleo de sus hijos y nietos en paro.

Ahora, cuando con la llegada de las elecciones se propaga el inicio de una recuperación y un fin de la crisis que no vemos por ningún sitio más que en boca de los ministros y sus amigos, Mariano Rajoy y el Partido Popular vuelven a recurrir al miedo para que les sigan votando, diciendo que o su política económica y sus reformas, recortes y privatizaciones o el desastre. Creo que se equivocan o mienten, y los resultados de las recientes elecciones municipales y autonómicas lo ponen de manifiesto ¿Acaso tienen miedo a que cambie la política económica los más de cinco millones de parados? ¿O los más de dos millones y medio de ellos que ya no cobran ningún tipo de subsidio? ¿O los  tres millones de asalariados con contratos por horas, mal pagados y con días o semanas de duración? ¿O los que trabajando, tienen congelado su salario desde hace años y han visto desaparecer su convenio colectivo? ¿O los cientos de miles de jóvenes y sus familias que se han visto obligados a emigrar? Desde luego que no. Los que si tienen miedo al cambio son los que se han beneficiado y se siguen beneficiando de la crisis y de las medidas injustas que consiguieron imponer a su amparo.

Hace unos días, tuve ocasión de asistir en A Coruña a un encuentro de jubilados y pensionistas de la UGT en el que participaron más de 400 personas procedentes de toda Galicia. Entre los actos del día, destacó la asamblea en la que intervinieron oradores de Galicia, Asturias y Madrid, que reprocharon con dureza al Gobierno que haya destruido el “Pacto de Toledo” que aseguraba el poder adquisitivo de las pensiones, y reformado el sistema con medidas que sitúan en un peligroso declive hacia la precariedad a las pensiones actuales y futuras. También el haber dispuesto -ya los anteriores gobiernos lo hicieron, pero este en mayor medida- del dinero de los Presupuestos de la Seguridad Social para efectuar pagos por importe de miles de millones que correspondería atender con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, como por ejemplo los complementos de mínimos y las pensiones y subsidios de carácter asistencial.

Expresaron también un gran temor: Que nos quedemos sin el Fondo de Reserva que este gobierno recibió con 66.815 millones de euros y que ahora está en 41.634, un 40% menos, y amenazado de nuevos recortes en los próximos meses, no solo por las pagas extraordinarias de julio y diciembre, sino porque la deuda del estado sigue subiendo y echar mano de los fondos de la seguridad social (el de reserva y el ordinario) es un recurso fácil, y mas para un gobierno que busca privatizar el sistema.

Pero la preocupación más dolorosa expresada por los oradores y los asistentes a la asamblea fue la del futuro de sus hijos y nietos. Otra vez de nuevo el panorama del paro generalizado, los bajos salarios, la emigración que muchos de ellos ya sufrieron, y el temor a que una gran mayoría de los jóvenes de hoy no alcancen ni de lejos los años de cotización necesarios para cobrar una pensión pública decente, y que, precisamente por estar en  paro o trabajando en precario con salarios absolutamente insuficientes, tampoco puedan pensar en pagarse un plan de pensiones privado. Los jubilados de hoy, nacidos y educados bajo la dictadura, son una generación que luchó duramente para conseguir dejar a sus hijos y nietos un país mejor que el que ellos encontraron, y estaban en el camino de conseguirlo hasta que llegaron los saqueadores.

Es cierto que entre los jubilados y entre los trabajadores en general hay miedo si, pero a que las cosas no cambien de una vez, miedo a que sigan como están. Miedo al horizonte que dejan para ellos y sobre todo para sus familias las medidas que ha impuesto el Partido Popular a lo largo de estos años.

Xesús Mosquera Sueiro / 12 de junio de 2015



1 comentario:

FUNDACIÓN LUÍS TILVE dijo...

gUEREÑU DIJO: EXCELENTE ARTÍCULO.