El número de
pensionistas (que no de pensiones) de la seguridad social en España es de
8.500.000 personas. La población total española se acerca a los 47 millones, y
el número de electores según el censo para este año 2015 se acerca a los 35
millones. Los jubilados y pensionistas españoles pues, suponen el 25% del
electorado, un porcentaje importante, tal vez decisivo.
Con la crisis, los
poderes financieros y el Partido Popular asustaron a los jubilados y a sus
familias con la amenaza de la quiebra del sistema de las pensiones publicas, y
a su amparo congelaron sus cuantías e impusieron una reforma en virtud de la
cual han perdido poder adquisitivo y
están condenadas a seguir perdiéndolo en los años futuros. En paralelo subieron
el IRPF, excluyeron muchos medicamentos de las prestaciones e impusieron el
copago de todos los demás incluidos en la seguridad social. Además, durante
estos años, los jubilados y sus pensiones han servido de colchón social para
paliar las graves carencias en materia de prestaciones por desempleo de sus
hijos y nietos en paro.
Ahora, cuando con la
llegada de las elecciones se propaga el inicio de una recuperación y un fin de
la crisis que no vemos por ningún sitio más que en boca de los ministros y sus
amigos, Mariano Rajoy y el Partido Popular vuelven a recurrir al miedo para que
les sigan votando, diciendo que o su política económica y sus reformas,
recortes y privatizaciones o el desastre. Creo que se equivocan o mienten, y
los resultados de las recientes elecciones municipales y autonómicas lo ponen
de manifiesto ¿Acaso tienen miedo a que cambie la política económica los más de
cinco millones de parados? ¿O los más de dos millones y medio de ellos que ya
no cobran ningún tipo de subsidio? ¿O los
tres millones de asalariados con contratos por horas, mal pagados y con
días o semanas de duración? ¿O los que trabajando, tienen congelado su salario
desde hace años y han visto desaparecer su convenio colectivo? ¿O los cientos
de miles de jóvenes y sus familias que se han visto obligados a emigrar? Desde
luego que no. Los que si tienen miedo al cambio son los que se han beneficiado
y se siguen beneficiando de la crisis y de las medidas injustas que
consiguieron imponer a su amparo.
Hace unos días, tuve
ocasión de asistir en A Coruña a un encuentro de jubilados y pensionistas de la
UGT en el que participaron más de 400 personas procedentes de toda Galicia. Entre
los actos del día, destacó la asamblea en la que intervinieron oradores de
Galicia, Asturias y Madrid, que reprocharon con dureza al Gobierno que haya
destruido el “Pacto de Toledo” que aseguraba el poder adquisitivo de las
pensiones, y reformado el sistema con medidas que sitúan en un peligroso
declive hacia la precariedad a las pensiones actuales y futuras. También el haber
dispuesto -ya los anteriores gobiernos lo hicieron, pero este en mayor medida-
del dinero de los Presupuestos de la Seguridad Social para efectuar pagos por
importe de miles de millones que correspondería atender con cargo a los
Presupuestos Generales del Estado, como por ejemplo los complementos de mínimos
y las pensiones y subsidios de carácter asistencial.
Expresaron también un
gran temor: Que nos quedemos sin el Fondo de Reserva que este gobierno recibió
con 66.815 millones de euros y que ahora está en 41.634, un 40% menos, y
amenazado de nuevos recortes en los próximos meses, no solo por las pagas
extraordinarias de julio y diciembre, sino porque la deuda del estado sigue
subiendo y echar mano de los fondos de la seguridad social (el de reserva y el
ordinario) es un recurso fácil, y mas para un gobierno que busca privatizar el
sistema.
Pero la preocupación
más dolorosa expresada por los oradores y los asistentes a la asamblea fue la
del futuro de sus hijos y nietos. Otra vez de nuevo el panorama del paro
generalizado, los bajos salarios, la emigración que muchos de ellos ya sufrieron,
y el temor a que una gran mayoría de los jóvenes de hoy no alcancen ni de lejos
los años de cotización necesarios para cobrar una pensión pública decente, y que,
precisamente por estar en paro o
trabajando en precario con salarios absolutamente insuficientes, tampoco puedan
pensar en pagarse un plan de pensiones privado. Los jubilados de hoy, nacidos y
educados bajo la dictadura, son una generación que luchó duramente para
conseguir dejar a sus hijos y nietos un país mejor que el que ellos
encontraron, y estaban en el camino de conseguirlo hasta que llegaron los
saqueadores.
Es cierto que entre los
jubilados y entre los trabajadores en general hay miedo si, pero a que las
cosas no cambien de una vez, miedo a que sigan como están. Miedo al horizonte
que dejan para ellos y sobre todo para sus familias las medidas que ha impuesto
el Partido Popular a lo largo de estos años.
Xesús Mosquera Sueiro /
12 de junio de 2015
1 comentario:
gUEREÑU DIJO: EXCELENTE ARTÍCULO.
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