martes, 9 de junio de 2015

Gobierne usted que yo le mandaré lo que debe hacer

El espectáculo que están dando los partidos políticos y algunas "cosas" que han irrumpido en el panorama nacional es deplorable. No tanto como la corrupción del PP y su gobierno, pero deplorable. "Líneas rojas", imposiciones, propuestas absurdas que se pueden aceptar ahora y rechazar a los dos meses... Es el colmo de la impericia, la bisoñez y de la pérdida de tiempo.

¿Que más dará permitir la investidura de un presidente o presidenta si luego ha de gobernar en minoría y debe estar a lo que pueda pactar con los potenciales apoyos? Pues no: se dilatan "sine die" las investiduras, con lo que se retrasa la marcha institucional del país. Menos mal que este sigue funcionando casi igual, porque los currantes van (vamos) todos los días a nuestro tajo y seguimos contribuyendo a la riqueza nacional.

Desde mi punto de vista, el Partido Socialista, allí donde no gobierne, debiera mantenerse en la oposición aunque permitiese la investidura de candidatos de izquierda honestos. No lo ha hecho en muchos sitios hasta ahora (Galicia es un ejemplo) y así le ha lucido el pelo. El que capitaliza los éxitos de una gestión municipal o autonómica es el que la preside; los demás no son más que comparsas aunque hayan contribuido no poco a aquel éxito. Esto parecen haberlo comprendido los bisoños, que anuncian no formarán parte de gobiernos que no dirijan y hacen bien. Permitirán (?) el funcionamiento de las instituciones pero condicionarán la acción de gobierno a que se pacten todas y cada una de las medidas. Es el tiempo nuevo que ya tuvo sus precedentes en los gobiernos minoritarios de Zapatero y otros.

Hace bien el Partido Socialista en exigir el apoyo de otros grupos para ser investido su candidato cuando ha obtenido un resultado electoral mejor que otros partidos de izquierda, o que se suponen de izquierda (incluso que se suponen partidos). Pero hará mejor si tiene en cuenta que dirigir un Ayuntamiento o una Comunidad Autónoma va a ser tener las manos atadas por las veleidades de los que necesita para aprobar presupuestos, políticas y leyes... En explotar las contradicciones de los que actúen con prepotencia, con chulería y proponiendo idioteces, estará en buena medida el éxito electoral del Partido Socialista en el futuro. Pero una cosa es el éxito electoral y otra encontrar soluciones a los problemas de millones de españoles que lo están pasando mal. Incluso para defender a España ante la comunidad internacional y hacer una política progresista y justa, sobre todo teniendo en cuenta la poca maniobrabilidad de los estados ante los grandes poderes económicos.

El mes de noviembre (es el que teóricamente toca) será clave para ver si el Partido Socialista remonta el vuelo de nuevo o se queda preso de aliados coyunturales. Creo que los partidos nacionales mejorarán sus resultados y los neófitos perderán apoyos. Obviamente, que el PP mejore sus resultados respecto de estas últimas elecciones, no me alegra, pero sí que el Partido Socialista suba por encima de las posibilidades que ahora apunta. 

El verano debiera ser tiempo de no descanso, de trabajo ímprobo, ejemplar, sin tropiezos en ningún lado, con un control férreo de lo que se hace en cada esquina de España, no vaya a ser que le vuelvan a sacar los colores al Partido Socialista por tener mentecatos, delincuentes y hampones en sus filas. 

L. de Guereñu Polán.

No hay comentarios: