viernes, 26 de junio de 2015

¿Nueva estructura de partidos en España?

Quizá sea pronto para hablar de una nueva estructura de partidos pero todo parece indicar que los dos grandes partidos nacionales van a quedarse muy por debajo (electoralmente) de los apoyos que han tenido en las últimas décadas y parte de sus votos van a engrosar los apoyos de otros ¿partidos? que parecen colocarse a uno y otro lado del espectro político (otra cosa son Euzcadi y Cataluña). Parece que la extrema derecha quedará refugiada en el Partido Popular (aquí nunca hubo una "Acción Francesa" con su nivel intelectual) y que la izquierda más definida estará en el Partido Socialista, mientras que otra izquierda nebulosa encontrará su sitio en la nueva organización que parece ha cuajado trampeando aquí y allá con candidaturas muy poco definidas en cada Ayuntamiento y en cada Comunidad Autónoma. 

No tengo datos que avalen lo que voy a decir sobre Izquierda Unida, pero en principio me parece que no desaparecerá electoralmente (otra cosa será lo que hagan con dicha organización sus dirigentes). En todo caso hay un cierto parecido en la actual situación española con la que vivió Francia antes y después de la segunda guerra mundial. En primer lugar en Francia el concepto "partido" no siempre tuvo el mismo significado que en España, mucho más definido aquí, y allí -leí en alguna ocasión- la derecha tenía vergüenza de calificarse así, disfrazando su lenguaje (en realidad, igual que en España). Desde que en 1944 Georges Bidault fundó el Movimiento Republicano Popular (lo de "popular" siempre tuvo en Europa claras connotaciones) dicho partido tuvo un gran éxito, pero no rebasó el 28,1% en las elecciones de 1946 (algo que puede pasar en España ahora y ser un éxito para quien lo consiga). Luego este partido se dividió entre quienes apoyaron a la OAS terrorista contra la independencia de Argelia y los que siguieron al general De Gaulle, fundador de la V República.

En las elecciones de 1951 vino el éxito de Antoine Pinay y sus candidaturas "de centro", como quiere el señor Rivera, pero ya el general De Gaulle había fundado el R.P.F ("Reagrupamiento por la República"), que no deseaba un régimen de partidos, sino donde estos tuviesen que ponerse de acuerdo para sostener a un verdadero poder centralizador, el del Presidente de la República (el mismo centralismo del señor Rivera). No cuajó en Francia un partido de la "democracia cristiana", cuando sí en Alemania, Italia y algunas repúblicas latinoamericanas, como tampoco cuajó nunca en España, porque la CEDA fue un partido definido por su defensa de los intereses católicos, cosa muy distinta. Por cierto, no deja de ser curioso que el partido del señor Rivera en el Parlamento Europeo se encuentre en el mismo grupo que Convergencia de Cataluña (liberales) ¡Cousas veredes! Creo que la aspiración a representar los mismos intereses económicos pesa más que estas o aquellas veleidades nacionalistas (catalanistas en un caso, españolistas en el otro).

La socialista SFIO (Sección Francesa de la Internacional Obrera) desaparecida a finales de los años sesenta pasados, tiene menos que ver con el Partido Socialista Obrero Español que el reunificado por François Miterrand, pero antes de que el nuestro haya dejado escapar parte de su electorado a "cosas" que todavía no entiendo bien. En lo único que se diferencia la actual estructura de partidos actual en España (si se confirma lo que se apunta en el horizonte) con respecto a la Francia a la que me estoy refiriendo, es la existencia de un fuerte Partido Comunista, más implantado en los barrios obreros y en las fábricas que beneficado por las elecciones una y otra vez (en España el Partido Coumunista nunca tuvo la importancia que en Francia). 

Solo encuentro un parecido del ¿partido? del señor Iglesias en la actual Italia: ese movimiento "Cinco Estrellas" que creo está llamado a estrellarse a poco que se den cuenta los italianos que con populismos baratos se puede vivir en otros lares, pero no en Europa (al menos del oeste). 

L. de Guereñu Polán.

1 comentario:

Isidoro dijo...

A pesar de las apariencias el análisis es simple, los resultados siempre son: conservadores, progresistas, nacionalistas y resto de extremistas. Así pues los acuerdos para gobiernos algo estables tienen muy contadas posibilidades,
Pero los cambios en profundidad con proyección histórica solo son posibles con acuerdos entre conservadores y progresistas.