domingo, 29 de noviembre de 2015

El himno



La republicana Francia ha rendido un sobrio y solemne homenaje a las víctimas del terrorismo yihadista. Lo ha hecho con la dignidad que quieren la inmensa mayoría de los franceses, en un marco también sobrio y monumental, el palacio de los Inválidos, que de residencia para militares jubilados e inválidos, hoy está ocupado por una serie de museos y otros edificios, además de albergar la tumba de Napoleón Bonaparte.

En el patio central sonó el himno nacional francés, La Marsellesa, cuya letra habla de la patria, de la tiranía, que llama a las armas porque a finales del siglo XVIII no quedó a los franceses otro remedio, como quizá ahora; se habla de “magnánimos guerreros” y es, en conjunto, un canto a la libertad, que dirigieron aquellos ilustrados burgueses de la Francia dieciochesca y luego siguieron los sans culottes y otros grupos. Aquellos demócratas jacobinos llevaron a cabo unos cambios en la sociedad francesa que ya fueron irreversibles; los girondinos llevaron la revolución a buena parte de Europa conociéndose así las ansias de libertad y de justicia de una parte de sus pueblos…

El himno de los franceses les une: por unos momentos se olvidan de los que han robado a la patria y los que han sufrido la rapiña, se olvidan de la clase a la que pertenecen, se olvidan de sus orígenes y de sus suertes respectivas, se olvidan los de debajo de los sufrimientos de sus familias y se unen todos para entonar el himno grandioso.

El himno nacional español no tiene letra, y quizá sea mejor que no la tenga, porque a saber la que le hubiese impuesto cualquier gerifalte con las bendiciones del poder, tantas veces en manos de espadones y déspotas en España. Hubo intentos, desde casi siempre, de que el himno español tuviese letra, pero no cuajó ninguna. Además el himno de España no une a todos como en Francia La Marsellesa; aquel no tiene el empuje, la virtud, la fuerza del nuestro, y aunque un himno no sea más que un símbolo, los símbolos han servido para crear conciencias en muchas ocasiones.

Fue una lástima que, durante la transición política española, a finales de los años setenta pasados, no se adoptase el himno de Riego, que estuvo en vigor durante las dos Repúblicas españolas, pero también durante unos meses a principios de los años veinte del siglo XIX y durante el reinado de Isabel II. También habla de soldados que son requeridos por la patria, habla de combatir a la tiranía, de la vida y de la muerte, llegada esta en ocasiones defendiendo la libertad… Durante la transición no fue posible reinstaurar el himno de Riego, si es que alguien pensó en ello, porque estaban todavía los que habían vencido en la guerra ojo avizor, como demostraron en 1981.

El himno de Riego, que cantaron los milicianos durante la guerra de 1936, sí pudo unir a muchos españoles y entusiasmar a otros tantos. Pero la diferencia entre Francia y España es que allí los símbolos son representativos del sentir colectivo, mientras que en España (su historia manda) la disidencia es norma. Lástima. 

L. de Guereñu Polán.

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