La republicana Francia ha rendido un sobrio y
solemne homenaje a las víctimas del terrorismo yihadista. Lo ha hecho con la
dignidad que quieren la inmensa mayoría de los franceses, en un marco también
sobrio y monumental, el palacio de los Inválidos, que de residencia para
militares jubilados e inválidos, hoy está ocupado por una serie de museos y
otros edificios, además de albergar la tumba de Napoleón Bonaparte.
En el patio central sonó el himno nacional
francés, La Marsellesa,
cuya letra habla de la patria, de la tiranía, que llama a las armas porque a
finales del siglo XVIII no quedó a los franceses otro remedio, como quizá
ahora; se habla de “magnánimos guerreros” y es, en conjunto, un canto a la
libertad, que dirigieron aquellos ilustrados burgueses de la Francia dieciochesca y
luego siguieron los sans culottes y
otros grupos. Aquellos demócratas jacobinos llevaron a cabo unos cambios en la
sociedad francesa que ya fueron irreversibles; los girondinos llevaron la
revolución a buena parte de Europa conociéndose así las ansias de libertad y de
justicia de una parte de sus pueblos…
El himno de los franceses les une: por unos
momentos se olvidan de los que han robado a la patria y los que han sufrido la
rapiña, se olvidan de la clase a la que pertenecen, se olvidan de sus orígenes
y de sus suertes respectivas, se olvidan los de debajo de los sufrimientos de
sus familias y se unen todos para entonar el himno grandioso.
El himno nacional español no tiene letra, y
quizá sea mejor que no la tenga, porque a saber la que le hubiese impuesto
cualquier gerifalte con las bendiciones del poder, tantas veces en manos de
espadones y déspotas en España. Hubo intentos, desde casi siempre, de que el
himno español tuviese letra, pero no cuajó ninguna. Además el himno de España
no une a todos como en Francia La
Marsellesa; aquel no tiene el empuje, la virtud, la fuerza
del nuestro, y aunque un himno no sea más que un símbolo, los símbolos han
servido para crear conciencias en muchas ocasiones.
Fue una lástima que, durante la transición
política española, a finales de los años setenta pasados, no se adoptase el
himno de Riego, que estuvo en vigor durante las dos Repúblicas españolas, pero
también durante unos meses a principios de los años veinte del siglo XIX y durante
el reinado de Isabel II. También habla de soldados que son requeridos por la
patria, habla de combatir a la tiranía, de la vida y de la muerte, llegada esta
en ocasiones defendiendo la libertad… Durante la transición no fue posible
reinstaurar el himno de Riego, si es que alguien pensó en ello, porque estaban
todavía los que habían vencido en la guerra ojo avizor, como demostraron en
1981.
El himno de Riego, que cantaron los milicianos
durante la guerra de 1936, sí pudo unir a muchos españoles y entusiasmar a
otros tantos. Pero la diferencia entre Francia y España es que allí los
símbolos son representativos del sentir colectivo, mientras que en España (su
historia manda) la disidencia es norma. Lástima.
L. de Guereñu Polán.
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