lunes, 7 de diciembre de 2015

Empezar de nuevo

Sea cual sea el resultado electoral que obtenga el Partido Socialista el próximo 20 de diciembre, bien harían sus dirigentes y cuadros empezando de nuevo: porque si ocupase la primera posición (algo poco probable) sería con una merma de apoyos populares y escaños como nunca en la actual democracia española; si fuese la segunda fuerza en apoyos todavía peor, porque no se habrán hecho bien las cosas para echar fuera a un gobierno plagado de corrupción y ofensas a la ciudadanía. Si fuese la tercera fuerza ¿para que seguir? Creo que cualquier socialista firmaría hoy los 110 escaños obtenidos en 2011 con el señor Rubalcaba al frente, contra el que se pronunciaron hasta la saciedad candidatas como la señora Chacón ahora. 

Empezar de nuevo como se hizo en el siglo XIX, como se hizo en la década de los setenta pasados, porque no queda otro remedio si no queremos que el Partido Socialista quede como una fuerza expectante sobre lo que la derecha española haga en cada momento. Se ha sido -en mi opinión- demasiado complaciente tras las elecciones europeas, autonómicas y municipales pasadas. No se han hecho los análisis que realmente convienen para corregir los errores, se sigue sin entender que para un partido de izquierdas, o se ideologiza a la sociedad o no hay nada que hacer. El votante de Izquierda Unida (por muy desunida que esté) es un votante con una ideología militante, y así podemos decir del votante de ese conglomerado que se llama Podemos, que se alía aquí con nacionalistas y allí con "mareas" de diverso signo. Todo ese conglomerado es el resultado de la toma de conciencia de un sector de la población contra el estado de cosas corrompido en que ha vivido España y en el que el Partido Socialista tiene parte de responsabilidad.

Pero hay más: ¿que se ha hecho para explicar a la sociedad lo que ha representado el movimiento socialista en los dos últimos siglos? ¿Se ha hecho algo para explicar que el Partido Socialista no puede ser considerado un partido más, al mismo nivel que el Partido Popular? Porque no lo ha sido nunca: el Partido Socialista siempre tuvo una organización distinta, una cultura distinta, unos comportamientos distintos, una ideología que iba más allá de los intereses de sus dirigentes y afiliados. El Partido Socialista fue la columna vertebral de la democracia republicana en los años treinta pasados, fue uno de los principales partidos de oposición a la dictadura franquista; fue un partido que contó con un sindicato hermano en el seno del movimiento obrero, fue un partido que gobernó España con varia suerte pero siempre aportando las grandes mejoras de que hoy disfruta el país. 

No veo a los candidatos (ni a los dirigentes) explicar que la educación se ha universalizado en España porque el Partido Socialista así lo ha establecido con su mayoría parlamentaria, que la sanidad se ha universalizado en España por obra del Partido Socialista, que hay personas que tienen una pensión a pesar de no haber contribuido a ella porque el Partido Socialista lo aprobó, como aprobó una ley de dependencia, leyes que dan derechos a minorías civiles y otras por el estilo. Es el Partido Socialista el que disciplinó y formó al ejército, de forma que desde su primer gobierno no ha vuelto a haber ruido de sables en los cuarteles, no han vuelto a salir tanques a las calles. 

Es el Partido Socialista el que ha propuesto los más eficaces pactos para la lucha contra el terrorismo, lacra con la que se ha acabado gracias a la colaboración de la sociedad. El Partido Socialista ha sido el más europeista de España porque fue consciente de que era en sus foros donde la democracia española encontraría apoyo. No oigo que los candidatos socialistas hablen de lo que significó para los Ayuntamientos de España el plan E aprobado por el Gobierno del señor Zapatero, más de cien medidas que hicieron llegar a los concejos el dinero necesario para combatir el paro y crear infraestructuras. No he oído a nadie que valore en público lo que representó esta política, pero fue mucho, como no oigo decir que la creación de empleo depende, en mucho, de una cultura empresarial de la que España carece. 

¿Se han olvidado los candidatos socialistas de que fue el Gobierno del señor Zapatero el que mandó regresar al ejército español en Irak, donde estaba participando en una guerra ilegal e injusta cuyas consecuencias aún hoy se sufren en Oriente Próximo, en África y en Europa? Es que aquella decisión fue consecuencia de la apliación de una ideología de paz, no de una ideología bravucona e interesada. ¿Que hay del "dialogo de civilizaciones" propuesto por el mismo presidente y del que ya no se habla? ¿No se sentirían sensibilizados los ciudadanos españoles de progreso sobre este asunto? 

¿Saben los potenciales votantes del Partido Socialista lo que este ha representado a lo largo de su historia, las ideas que laten en sus muchos años de andadura? ¿Saben los potenciales militantes del Partido Socialista que la sociedad de clases no ha desaparecido, que el capitalismo internacional se ha desarrollado hasta niveles inauditos, que frenar esa tendencia es una obligación moral que cabe a los partidos socialistas de todo el mundo? ¿Por que no se habla en la campaña electoral de los logros en los ayuntamientos? Porque es mucho lo hecho en ellos en materia cultural, económica, urbanística, de igualdad... No oigo decir -y lo comprendo aunque no lo comparto- que el capitalismo es intrínsecamente malo y hay que desnaturalizarlo, para lo cual quizá no quepa hoy en día otra solución que formar un "bloque de clases" en el que estén empresarios comprometidos con la justicia social y el progreso. 

Otros, como el Partido Popular, no tienen esa historia, nacieron cuando les cupo al calor de la democracia conquistada no precisamente por dicho partido, sino a pesar de sus fundadores. Por eso los dirigentes de la derecha española no entienden -les repele, les supera- la ley de memoria histórica que haga justicia, en lo que se puede a estas alturas, con los que dieron su vida en generaciones anteriores. No, es mejor repartir prebendas, sobres rebosantes de dinero, a los "laudicenos" que alaban a cambio de algo, como en la antigua Roma.

Claro que en su larga andadura el Partido Socialista ha cometido errores, algunos tan gordos que ahora se pagan las consecuencias. Pero si se quiere remontar el vuelo -que no se ha hecho sean cuales sean los resultados del día 20- habrá que empezar de nuevo: una nueva moral, volver de nuevo a la militancia, prescindir de los arribistas y corrompidos, educar a los que no saben en que partido están, a los que no conocen su historia y la historia del movimiento sindical, del movimiento societario. Los retos del siglo XXI son complejísimos: de ellos también tendrá el Partido Socialista que hablar por todos los rincones de España en vez de perder el tiempo en programas de televisión con risitas y comentarios de una estupidez intragable. Recuerdo a un veterano socialista adscrito al pragmatismo -hace ya años- diciendo que eran más cinco minutos en la televisión que miles de mítines. Así nos va.

L. de Guereñu Polán.

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