El
principal argumento de presión sobre las fuerzas políticas, en especial sobre
el PSOE, es que es necesaria la estabilidad, grave error confundir la
herramienta con el objetivo a lograr con ella.
Hay
un dicho, fruto del saber del pueblo llano, que hace saltar por los aires el
argumento: “virgencita, virgencita, que me quede como estoy”. Este dicho es
aplicable a todas aquellas situaciones en las que cualquier cambio, o acción,
tiene todas las probabilidades de empeorar lo que se disfruta o sufre en ese
momento. Meridianamente claro este es el caso, si lo que está en funciones es
un Gobierno liderado por el Sr. Rajoy y el objetivo del cambio el uso de la
herramienta, sin los límites que
enmarcan esta situación de en funciones, y en consecuencia la aceleración de
las prácticas derivadas del programa real, no del propuesto públicamente por el
PP, lógica continuación del que ha venido aplicando en los últimos cuatro años.
Dos
o tres ejemplos concretos ayudarán a
entender mis argumentos.
Tema
pensiones, alguien cree que quien es responsable de una reforma laboral que ha
conseguido reducir en torno a una quinta parte la masa salarial global, a pesar
de presumir de cientos de miles de parados menos, y en consecuencia reducir
drásticamente las cotizaciones a la Seguridad Social, si modifica la
legislación ¿será para que aumenten las cotizaciones sociales? Continuando con
el tema, mediante la emisión de Decretos y Decretos Leyes, o simples decisiones
de gobierno, el del PP encabezado por Rajoy, ha financiado, con cargo a la
“hucha de pensiones”, la parte de la política económica destinada al servicio
de la Deuda, colocando a bajo tipo de interés la mayor parte de esa hucha para
cubrir los incrementos de la Deuda Pública, las políticas de empleo, al aprobar
la cotización de100 euros al mes por contingencias comunes (básicamente
pensiones) para los nuevos contratos, la tarifa plana de 50 euros para nuevos autónomos, la bonificación
del 100% de la cotización de los becarios, etc. y hasta la política de
natalidad prometiendo 1.500 M de € en mejorar las pensiones de las mujeres que
hayan sido madres. Un gobierno en funciones tiene dificultades para emitir
nuevas normas, uno efectivo tiene toda la capacidad de iniciativa legislativa,
¿es posible creer que el PP va a legislar para devolver a la hucha los muchos
miles de millones expoliados, y destinados a fines absolutamente ajenos al
objetivo de la garantía de las pensiones?, yo más bien creo altamente probables
nuevas normas con más medidas para financiar políticas ajenas a las pensiones.
Sobre
política económica y fiscal, es ya evidente, incluso para muchos de los defensores del
austericidio, que es el principio austeridad el que no funciona, y no sirve para corregir ni siquiera el principal
desequilibrio que dice perseguir, el déficit público, ¿se puede dudar que unos
nuevos presupuestos generales no solo no van a limitar la política de recortes,
sino que la incrementarán?, o que, después del trato fiscal dado estos años a
evasores, ocultadores y especuladores, ¿va
a haber un reparto de cargas más justo con cualquier reforma fiscal pilotada
por el PP?. Un gobierno en funciones no podrá elaborar una propuesta de nuevos presupuestos, por lo que al menos no
empeorará las dotaciones a educación y
sanidad, o, no podrá modificar las leyes de impuestos creando nuevos
instrumentos para el fomento de la desigualdad y aumento del ritmo de reducción
de la clase media, impulsando más parte de ella hacia la pobreza.
Tema
territorial. Pilotado por Zapatero, el texto del Estatuto de Cataluña de 2006,
a pesar de algunos errores de bulto de los actores principales, permitía, con
referendo legal incluido, que al menos por un par de generaciones la convivencia entre catalanes,
y de estos con el resto del Estado, continuara en unos términos de escasa
conflictividad (la ausencia de conflicto de intereses entre vecinos es deseable
pero completamente utópica), hasta que
llegó el PP que ya dirigía ya Rajoy y su equipo y lo sacó del terreno de la
política y lo puso en el terreno de los contenciosos judiciales, donde ya se
conoce que siempre, y este caso no fue una excepción, existen jueces con
distinta interpretación de las mismas frases y textos, al margen de las
voluntades políticas que esos textos expresaron inicialmente. Durante los
últimos cuatro años y medio ¿se ha dado algún impulso a algo que haya mejorado
la situación? ¿Por qué y como se puede conseguir esa mejora?: solo por la
necesidad simultánea de los partidos de gobierno, central y autonómico para
sobrevivir, no parece que confirmar al PP aumente las posibilidades de acuerdo
y de reducción de la conflictividad. Además
es que el gobierno en funciones puede hacer, en caso de absoluta necesidad, lo
mismo que un gobierno derivado de una nueva investidura, acudir al Senado para conseguir
la aprobación incluso de la suspensión de la Autonomía.
El
que el electorado se equivoque, yo no comparto la tesis de que acierta siempre,
no obliga a las fuerzas políticas de la oposición, y en especial a sus
dirigentes, a hacerse cómplices ni de la corrupción sistémica muy evidente del
PP, ni de los usos antidemocráticos de la Administración de todos como la
prácticas del actual ministro del Interior, del de Hacienda o el anterior de
Industria y Energía, asuman esa responsabilidad los que les votaron, hasta las
últimas consecuencias, incluida que hayan hecho el encargo de gobierno a un
vago inútil, que obligue a nuevas elecciones, es su culpa y de los
abstencionistas.
Por
último, mientras la situación se prolongue siempre habrá posibilidad de que los
votantes y algunos abstencionistas mediten sobre las consecuencias de su voto.
Claro que, si llegan unas terceras o cuartas elecciones, será de aplicación
otro dicho popular que mantiene que: los suicidas con vocación no tienen
solución.
Julio
2016
Isidoro
Gracia
1 comentario:
Creo, en efecto, que permitir gobernar a Rajoy, es malo para España y malo para el Partido Socialista. No entiendo el empeño en que este último se comprometa siquiera sea con una abstención. Un saludo. Luis Guereñu.
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