Los analistas se debaten sobre las razones de
que un animal con forma humana haya sido elegido Presidente de los Estados
Unidos (en realidad las elecciones las ha ganado la señora Clinton, como
demuestran los votos populares). Los pueblos se empeñan en tener en sus
legislaciones artificios electorales para que, de vez en cuando, se produzcan
estas paradojas. De igual manera se hizo Presidente el señor Bush (hijo) y
llevó al mundo a una guerra ilegal e injusta cuyas consecuencias –gravísimas-
se están todavía pagando. Hay otros ejemplos como este con anterioridad en ese
país.
Alguien que se burla en público de los
disminuidos físicos, que se jacta de no pagar impuestos y de no cumplir la ley,
que ofende gravemente a las mujeres, que ha hecho su fortuna gracias a las
trampas que ha puesto en juego, además de por las plusvalías que ha detraído a
sus trabajadores, alguien que quiere expulsar del país a millones de
inmigrantes, algunos de los cuales ya están arraigados sobradamente en la
sociedad norteamericana, alguien que ha insultado a sus contrincantes y que ha
dicho ganaría las elecciones aunque matase en la calle a varias personas “con
mi rifle”, alguien que quiere resolver los problemas de delincuencia y asesinatos
armando hasta los dientes a los ciudadanos para que disparen certeramente en la
frente a los francotiradores… alguien como este animal con forma humana ha sido
elegido Presidente de la primera potencia mundial.
Creo que, aparte todas las reflexiones que se
están haciendo, la causa fundamental de que esto haya ocurrido es la miseria
moral: hay blancos que han estado ocho años esperando el momento de tomarse la
revancha contra un Presidente negro; hay ciudadanos que consideran a los
hispanos y a los negros seres inferiores; hay en Estados Unidos quienes tienen
como un valor la ley del salvaje oeste, todos armados, todos tomándose la
justicia por su mano; hay un sistema que no ha conseguido superar ciertos odios
que están en la médula de esa nación… tanto progreso material y no se ha
conseguido erradicar a émulos del ku-klux-klan, tanto progreso material y todos
pudimos ver las carencias del sur atlántico cuando atacó el Katrina…
No es cierto que Estados Unidos sea un país
ejemplarmente democrático ni que esté en el origen de este régimen: la
esclavitud legal hasta 1861 deja a Estados Unidos muy lejos de algunos países
europeos, la segregación racial hasta hace cincuenta años no es compatible con
un país democrático (segregación de “facto” que se ha reproducido ahora) un
país donde para ser senador o miembro de la cámara de representantes haya que
ser millonario no es un país ejemplarmente democrático, un país en el que vota
solamente el 50% de la población censada, porque la otra mitad no se considera
dentro del sistema ¿que es? Y existe una gran diferencia entre el prestigio de
algunas Universidades norteamericanas y el muy deficitario sistema educativo en
las fases primaria y secundaria, sobre todo en el medio oeste.
Es sintomático que la población menos formada
sea el vivero de votos del señor Trump, que la población rural atada a
convenciones ancestrales sea otro de sus viveros, que los más embrutecidos
ciudadanos norteamericanos hayan preferido votar al señor Trump. Obviamente hay
ciudadanos que han votado al animal Presidente por reacción contra la señora
Clinton, a quien se vio –al parecer- como miembro de una saga de burócratas
eternizados en los poderes del Estado, pero mejor hubiera sido para la
humanidad que no acudieran a la urna. Ahora solo quedan dos soluciones, desde
mi punto de vista: que las mayorías republicanas no dejen gobernar como él
quisiera al señor Trump y que la sociedad civil no cese sus protestas en la
calle durante los próximos cuatro años. Un rearme moral se hace necesario en
ese país, ejemplo para el mundo por su literatura y otras manifestaciones
humanas. Un “impeachment” a medio plazo sería deseable para acabar con una
pesadilla que no ha hecho más que empezar, pero que se puede prolongar con
consecuencias trágicas: ¿que hará el animal Presidente en Oriente Próximo? Si
lo que ha dicho es consecuencia de su sevicia, horror; si rectifica ¿que tiene
preparado?
La influencia de este personaje y su éxito, en
Europa y el resto del mundo, está por ver (elecciones en varios países
europeos, para empezar) pero ahí tienen una responsabilidad los partidos que
defienden como un bien superior la democracia, aunque solo sea formalmente, en
vez de andar tirándose los trastos y empecinados en problemillas internos que
también tienen algo de miseria moral.
L. de Guereñu Polán
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