jueves, 2 de febrero de 2017

¿ESTA EL FASCISMO LLAMANDO YA A LA PUERTA?

En la Italia de entre-guerras, Mussolini, en medio de una política que languidecía, es acogido con escasas reticencias. Hitler, por entonces su gran admirador, se apodera de la República de Weimar primero con los votos y luego con las botas. Ambos trituran el régimen parlamentario. Nula resistencia en países donde el autoritarismo tenia tradición. En siniestro maridaje la década de los años treinta alumbra la presencia de personajes como Salazar, Franco, Horthy, Dolfuss… Con ligeras diferencias persiguen fines idénticos: aplastar la noción de libertad, el anticomunismo visceral, o en determinados casos, especial actividad xenofobica. Publicitan sus regímenes con el manejo monopólico de las técnicas de comunicación propias de la época, en lo que brilla con siniestra luz propia el nazi, Joseph Goebbels
El caldo de cultivo de esta espiral fascista son unas democracias debilitadas, con severas muestras de atonía en sus mecanismos de gobierno. Unese a ello una ciudadanía inmersa en una profunda crisis y huérfana de liderazgos. Con las formaciones de izquierda en situación precaria y fragmentada. En tanto, las viejas élites conservadoras no dudan en recibir gozosas la presencia de los grupos de nuevo cuño de derecha ultra-radicalizada.
Hoy el NPD en Alemania y la Magyar Garda en Hungría, Amanecer Dorado en Grecia, el Frente Nacional en Francia, la extrema derecha en Austria, en Holanda, en Polonia, en Finlandia, en Dinamarca y otros lugares de la UE y la deriva que adopta el Reino Unido tras el Brexit, han dejado de ser anécdotas para convertirse en angustiosa categoría. Especialmente crecidas por el poco disimulado aliento que a su causa y a la voladura de la Europa configurada como bastión de libertades y tolerancia , -o al menos lo que queda de sus valores-, ejerce un impredecible Donald Trump. Un demagogo que contrapone a su discurso antiglobalizador, sus cuantiosas inversiones por todo el mundo. Figura homologa a su colega ruso, con quien comparte un singular criterio sobe las libertades y los derechos ciudadanos, extensible al manejado por el líder chino, Xi Jinping .
La perorata insulsa de Trump, como la de la extrema derecha europea, encuentra terreno abonado entre los se sienten abandonados por el sistema, habitantes de barrios obreros castigados por el paro muy sensibles a la competencia de la mano de obra barata foránea representada por inmigración. Es el mismo estribillo anti-sistema del fascismo del primer tercio del siglo XX. Salvapatrias, avivando las respuestas más primarias de los sectores más vulnerables. Un discurso perverso pero que cala en Centroeuropa y que se alarga enfermizo por el resto del continente.
Afirma el profesor Vinceç Navarro “La crisis en espiral del capitalismo global ha llegado a una encrucijada. O bien hay una reforma radical del sistema (si no su derrocamiento) o habrá un giro brusco hacia el fascismo del siglo XXI.” “Trump es la variante estadounidense del ascenso de una derecha neo-fascista frente a la crisis en todo el mundo; el Brexit, el resurgimiento de la derecha europea; el retorno vengativo de la derecha en América Latina, Duterte en Filipinas, etcétera”.
Hegel acuñó la expresión, “la historia se repite”. A lo que Marx añadió, “una vez como tragedia, y la otra vez como farsa”. Para Nietzsche, es “el eterno retorno”… Hay cierto consenso en el “déjà vu”, de ya visto, en el devenir histórico.... A Confuncio se atribuye ser el primero de los muchos que hicieron propia la frase, “los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”

Antonio Campos Romay

1 comentario:

FUNDACIÓN LUÍS TILVE dijo...

eRDOGÁN, PUTIN, TRUMP... VEREMOS COMO EVOLUCIONA EL RÉGIMEN CHINO. INTRESANTE REFLEXIÓN.