sábado, 22 de abril de 2017

Moción de censura


Si la oposición política en el Parlamento español no estuviese descerebrada (por diversos motivos) ya habría llegado el momento de presentar una moción de censura que sacase del Gobierno a la bazofia de personajes que se apoyan en un partido corrompido hasta la médula y no ahora, sino desde su fundación.

Unos porque están con no sé que independencia, otros porque quieren aprobar unos presupuestos para arañar ciertas partidas, otros porque están comprometidos ideológicamente con el partido de la corrupción; están los que no saben ni donde están, borrachos como han quedado después de ciertos éxitos electorales consecuencia de la convergencia de unos veinte partidillos unidos ante todo por el odio al socialista, y este porque es el campeón del descerebramiento nacional, dividido hasta el infinito y con un futuro negro sea cual sea el resultado de unas elecciones primarias en las que no se dirime nada salvo quien lo dirigirá...

Una moción de censura, en mi opinión, debiera tener un único objetivo: desalojar al partido de la corrupción, sanear moralmente al país, gestionar los asuntos públicos con la máxima eficacia y honradez posible y convocar elecciones al cabo de dos años. Los demás asuntos, que no afectan a lo urgente de la política nacional, debieran quedar apartados.

Es cierto que el país necesita fijar su posición respecto a las obligaciones del Reino Unido para abandonar la Unión Europea, que debe hacerse una reforma laboral para la que quizá no haya posibilidad de acuerdo, igual que con la reforma educativa y otros asuntos que tienen mucho de ideológico y son urgentes, pero lo más importante de todo es sanear moralmente al país, mandar a todos los colaboradores del Partido Popular a la oposición, colaborar de una vez con la Justicia para que sea ágil, que no lo es, y que sus miembros se sientan apoyados por los otros dos poderes del Estado.

Mientras el PSOE siga consintiendo que gobierne la bazofia, mientras lo sigan consintiendo los demás partidos, conservadores y progresistas, nacionalistas y antinacionalistas, mientras existan dirigentes políticos que están borrachos con su provisional éxito electoral, mientras no se ponga por delante España y lo que esta es, el conjunto de 46 millones de ciudadanos, muchos de los cuales están asqueados (aunque unos siete millones no estén todavía escandalizados) mientras no se corrija esto, el país no tiene moral para seguir. Solo podrán seguir los beneficiarios de la bazofia, de la miseria y de la incuria. 

L. de Guereñu Polán.

No hay comentarios: