lunes, 29 de octubre de 2018

La izquierda antisistémica gallega en la nueva coyuntura

Antes incluso de que se materializase el acuerdo sobre los Presupuestos entre el gobierno español (PSOE) y PODEMOS (10 de octubre). Prácticamente desde que estos dos partidos habían empezado a negociar ya la derecha española (“derechona”) lo atacaban a pesar, incluso, de no haberse concretado nada. Una vez conocido y firmado el acuerdo los ataques continúan y con especial virulencia por parte de algunos partidos y sus altavoces manxadoiras. Ataques que, por otra parte, no resisten lo más mínimo contraste con la realidad de los contenidos del acuerdo firmado y que son públicos y conocidos. Realmente hay razones para pensar que muchos de los críticos no fueron quien de leerse el texto del acuerdo
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Una de las muchas herencias negativas que dejaron los gobiernos de Mariano Rajoy (PP) fue que se habían disparado las desigualdades sociales y territoriales. Unas desigualdades que tienen causas políticas: las políticas de duro ajuste fiscal y rebaja salarial que vienen aplicándose en España, y en Galicia, desde hace ya más de una década. Unas desigualdades que tienen, por tanto, causas fiscales y laborales entre otras. Unas desigualdades que a nivel fiscal vienen, por caso, reflejadas en el desigual y discriminatorio trato que reciben las rentas del trabajo y las rentas de capital. Desigualdad que confirma el dato de que mientras las rentas del trabajo recogen menos del 50% del riqueza nacional –uno de los niveles más bajos de la Unión Europea- aportan las arcas públicas más del 75% de los ingresos tributarios. Divergencia que refleja una mayor presión fiscal en las rentas medias y bajas al tiempo que un mayor fraude (80%) por parte de las rentas altas. No por casualidad a presión fiscal en España está más de 10 puntos por debajo del promedio de los estados europeos de nuestro entorno.

En este marco el acuerdo PSOE-PODEMOS en materia fiscal contiene luces y sombras. Empezando por estas últimas señalar que en el Impuesto de sociedades a rebaja para las pymes del tipo nominal del 25% al 23% apenas tendrá incidente en este colectivo por dos razones: la) Escaso ahorro, b) Reducido número de empresas afectadas (5%). Lo mismo sucede con el aumento del Impuesto sobre el Patrimonio especialmente por tratarse de un tributo que esta transferido en la mayoría de las comunidades autónomas que en casos como en Madrid –donde están domiciliados muchas de los grandes capitales: más del 50%- tienen bonificaciones del 100%. Igualmente modesto aparece el acuerdo relativo a la lucha contra el fraude fiscal que en España consigue uno de los niveles más elevados de Europa (25%: 75.000 millones de euros). Un objetivo fiscal que había debido tener carácter prioritario puesto que, por caso, situarnos en los niveles medios europeos supondría incrementar los ingresos tributarios anuales en más de 35.000 millones. En el lado de las luces está por caso el acuerdo sobre el IRPF de incrementar el tipo marginal aplicable las rentas altas -130.000 y 300.000 respectivamente-, medida que, según los expertos (GESTHA), puede suponer un incremento en la recaudación tributaria superior a los 850 millones de euros.

En agárrenlos globales hay de subrayar que estas medidas fiscales siendo positivas son claramente insuficientes muy especialmente porque aun mejorando la progresividad del sistema fiscal español no suponen una importante reducción en la leyenda tributaria actualmente existente entre las rentas de trabajo y de capital ni tampoco nos acerca a los estándares europeos. Del mismo modo sí se puede afirmar con rotundidad que los argumentos de las élites políticas (entre ellos el actual presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijoo) y económicas y sus altavoces de que estas medidas fiscales habían perjudicado las clases trabajadoras son rotundamente falsos ya que todos ellas so afectan a las rentas altas y las grandes sociedades y fortunas. Incluso el impacto del llamado impuesto al gasóleo será muy reducido para las clases populares. Pero ya se sabe, a los ricos les irrita pagar impuestos.

En el lado de las luces hay también que situar tanto el acuerdo de subir el SMI como de revalorización de las pensiones y de grabar las transacciones financieras –compraventa de acciones-. Resulta bochornoso escuchar los argumentos de las élites en contra de estas medidas. Argumentos mentirosos y falsos además de tremendamente injustos. Por caso el SMI español está, y seguirá estando pesando del aumento prometido, tanto en valores absolutos como en valores equivalentes entre los más bajos de la eurozona y muy inferior a la de los estados de nuestra entorno. Pero, ya se sabe, para esta derechona todo lo que sea incrementarlos ingresos de los trabajadores y fomentarlo vicio.

Podíamos seguir desgranando las medidas contempladas en el acuerdo Gobierno (PSOE)-PODEMOS que, resulta indiscutible, intenta dar un auténtico cambio de rumbo las políticas austericidas aplicadas durante esta última década por el Partido Popular (PP). Sí, como señalamos, los firmantes quieren compensar el grande esfuerzo hecho por los pensionistas durante este período lo mismo sucede con los desempleados de más edad (<52) cuya reincorporación al mercado laboral aparece muy difícil, lo que los coloca en una situación de extrema vulnerabilidad por falta de recursos igual que les sucede las familias que carecen de recursos económicos. Que pensionistas, despedidos de mayor edad y familias en riesgo de exclusión sean objeto de atención, aunque sea modesta, en el acuerdo supone indiscutiblemente un giro social en las políticas gubernamentales. Giro que se ve confirmado con el compromiso de incrementarlo gasto público en funciones públicas de bienestar tan castigadas por los recortes como la atención sanitaria, la enseñanza y la dependencia. Sí este gobierno, con el apoyo con los fuerzas de cambio y el movimiento sindical lleva adelante estos compromisos, aun siendo estos claramente insuficientes, lo eres supondrá un indiscutible giro con mayor carácter social en relación las políticas austericidas de las últimas décadas. Será un claro paso adelante en la lucha contra la grande desigualdad social en España y, por tanto, en Galicia.

Delante de este marco la izquierda antisistémica gallega no puede permanecer impasible ni caer en una crítica frontal por mor de las insuficiencias del acuerdo –de algunas de las cuales me los dice cuenta-. La moción de censura positiva fue una gran noticia para las clases populares tanto de España cómo de la misma Galicia y así lo reflejan la mayoría de las encuestas. El nuevo escenario político creado permite un mayor poder de incidencia y correspondabilidad de las izquierdas antisistémicas gallegas que estas no deberían desaprovechar.

Por otra parte en relación al acuerdo firmado cabe preguntarse sí con este PSOE, con tan fuertes vínculos con las élites económicas y financieras, ¿era posible un acuerdo más ambicioso? ¿El nuevo escenario daba para mayores conquistas? De no firmarse el acuerdo, ¿qué escenario se abriría en España y, por tanto, en Galicia? Por caso, ¿la defensa del acuerdo impide seguir reivindicando medidas más ambiciosas como la reforma del sistema de financiación autonómica? ¿Impide seguir defendiendo una agenda política gallega?

En este último aspecto, de grande importancia para Galicia, sí cabe lamentar el pobre papel desempeñado por los/las diputados/las de EN MAREA en el Parlamento español. La diferencia de otros/las parlamentarios/las periféricos/las (por caso los de Comunes, Compromis, ERC…) su visibilidad fue, y sigue siendo, prácticamente nula o muy endeble. Una actuación que muy posiblemente sea castigada en las urnas en próximas convocatorias electorales.

Son tiempos de compromiso y de que cada quien asuma sus responsabilidades. En el caso de la izquierda gallega antisistémica son tiempos de compromiso con la mayoría social española y gallega que, con toda seguridad, apoya el acuerdo presupuestario del GOBIERNO (PSOE)-PODEMOS-EN MAREA- COMPROMIS- COMUNS.

Manoel Barbeitos

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