No conozco ningún método mejor
para la elección de los miembros del Consejo del Poder Judicial que el que sean
elegidos por el Parlamento, que representa al pueblo español. Si por mí fuese
todos serían elegidos por el poder legislativo oídas las asociaciones de jueces
y fiscales.
Creo que el poder judicial es
independiente en España, o por lo menos tan independiente como en cualquier
país democrático, sin perjuicio de que existan sentencias que no nos gusten
(porque gustarán a otros).
Se habla estos días de que se ha
dado publicidad al nombre del magistrado que ha de ser Presidente del Consejo
del Poder Judicial y del Tribunal Supremo sin que todavía lo hayan elegido los
vocales de dicho Consejo: es una imprudencia por parte de quien lo haya hecho,
máxime si tenemos en cuenta que son esos vocales los que pueden hacer ver que
realmente son independientes votando en conciencia y no atendiendo a consignas
de ningún tipo. ¿Serán atendidas esas consignas de existir? Entonces la
elección del Presidente es cosa de los jueces y magistrados, de nadie más. No
es el Parlamento el que incurre en vicio, sino los jueces que se prestan (si
así lo hacen) a ser instrumentalizados.
¿Qué pasaría si la mayoría
progresista (eso se dice) que compondrá el Consejo del Poder Judicial, votase a
un Presidente progresista y no al conservador anunciado. Pues que muchas bocas
se tendrían que callar. Muy probablemente tal cosa no ocurrirá, con lo que se
dará pábulo a lo de que las consignas si funciona: repito, es cosa de los
magistrados que las acatan, de nadie más.
Podría establecerse un método de
escalafón (como en los militares) para que los jueces y magistrados pudiesen
alcanzar, mediante concurso, las altas instituciones del poder judicial, pero
quizá este método plantease otros problemas en los que no entro por no ser ducho
en la materia. Que el órgano de poder de los jueces sea elegido por el
Parlamento parece lo más democrático y justo.
No es cierto que este sistema
haya sido un coto cerrado para los dos partidos hegemónicos en España: siempre –salvo
en una ocasión- han participado en los pactos para elegir al Consejo otros
partidos como el PNV, CiU, la minoría canaria, Izquierda Unida, ahora Podemos…
Lo que quiere decir que la composición del Consejo no suele ser cosa de la
voluntad exclusiva del Partido Socialista y del PP, sino de otros minoritarios.
Como debe ser.
Pretender que no haya puntos de
contacto entre los poderes del Estado es absurdo: en el Reino Unido la Cámara
de los Lores actúa como Tribunal Supremo en determinados casos (recuérdese el
asunto Pinochet). En Estados Unidos el Presidente nombra a altos cargos
judiciales (me parece el peor ejemplo de separación de poderes) y así ha sido
siempre hasta que, en las últimas décadas, la independencia judicial está
garantizada salvo cuando un juez no quiere ser independiente y se deja
arrastrar por esta o aquella influencia. Eso es ya otra cosa.
L. de Guereñu Polán.
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