Pasa
el tiempo…Tic, tac… El asalto a los cielos sigue empedrándose de
hechos gloriosos…Tic, tac… Doña Carmena es historia. Y la
historia de Madrid ya la escribe la derecha más cutre llevada del
ronzal por la extrema derecha. Un viernes 24 de mayo de 2019, un
señor que no iba a tomar partido contra Doña Carmena porque había
coincidencia programática e ideológica, y no iba a propiciar el
carmenicidio, la víspera electoral en una pirueta de fiabilidad y
coherencia, pasó a pedir el voto para el Sr. Mato, que consiguió
algo histórico, contribuir a cercenar las políticas de progreso de
Madrid.
Ese
día el señor afinado ideológico con Doña Carmena pidió dispersar
el voto porque “de
todos modos la actual alcaldesa de Madrid va a ganar las
elecciones”... "pase lo que pase". La solida coletilla
argumental para razonar la nueva posición: “su presencia en el
Ayuntamiento de Madrid (la del Sr. Mato que mató la esperanza), es
vital para
que no se interrumpan las políticas progresistas”…
El Guardián de las Esencias y su segunda en el mando querían su
comisario inquisidor de comportamientos ajenos. Sin cuya tutela y
magisterio la misión histórica quebraría.
Una
soberbia hipertrofiada sumada a la visión adánica de la realidad y
a un ego desmesurado que conlleva sentirse “portador de valores
eternos” (algo muy en uso en otro tiempo político), conduce a la
combustión acelerada del más noble de los proyectos. Y con ello a
la de hombres y mujeres que prefieren hacerse a un lado tras haber
trenzado con ilusión algo que ya no sienten útil a la sociedad.
Desplazados
por un singular concepto de la ortodoxia frente al pragmatismo.
Una ortodoxia que se cimenta en el estilo caudillista y el síndrome
del “sorpasso”. Virus que aqueja a las llamadas fuerzas
emergentes, en este caso en la izquierda. Lo que se repite en la
derecha vergonzante que se dice centro. En ambos casos se muestra
reticente quimera.
También
parece osado,- incluso como argumento falaz para captar votos-, el
hablar de la socialdemocracia “cobarde”… La “que le tiemblan
las piernas”…y mas lugares comunes usados desde posiciones que se
presumen más a la izquierda, al menos retorica, pero cuya cosecha es
un erial desolador en las diversas formulas que ensaya.
La
respuesta la da una realidad tozuda. Que muestra un fructífero
periodo de transformaciones y reformas estructurales del país. De
implementación de políticas sociales y de género, de mejora de la
calidad de vida, de presencia exterior, etc. Llevadas a cabo
sorteando momentos realmente difíciles y complejos. Que en el camino
se produjese alguna laguna, difícilmente opaca la realidad global de
los logros de un estado de bienestar (hoy comprometido) y una
modernización del Estado que una gran parte de la ciudadanía
entiende perfectamente.
La
socialdemocracia, los gobiernos socialistas, ciertamente no asaltaron
los cielos… Asaltaron las injusticias sociales, asaltaron las
trabas para socializar el derechos a la educación y la cultura, a la
protección social y la salud…Haciendo pervivir la democracia en el
tiempo, y ampliando de forma continuada el espacio de los derechos
políticos y sociales y las libertades ciudadanas. Una tarea
reconocida holgadamente en España y en Europa.
Es
indispensable la utopía. Es indispensable el debate teórico. Pero
lo más indispensable es que la praxis haga viables teorías y
utopías. Y que estas encuentren aplicación práctica en la
trasformación de la vida cotidiana de la ciudadanía. Caso contrario
pasan a ser apenas una efímera acrobacia dialéctica. Que deja al
descubierto que bajo la máscara de invocar maximalismos como
actitud, solo se oculta vacuidad y demagogia.
Tic
tac… el tiempo sigue pasando…
La
historia se repite como nos recuerda Marx,
“la primera vez
como una gran tragedia y
la segunda como
una miserable farsa”…Ayer
con Carmena…Antes de ayer, habilitando la continuidad de una
derecha ahogada por la corrupción, en junio de 2016 dinamitando
una
alternativa factible… Hoy…
Tic,
tac…el tiempo sigue pasando… “Inasequibles al desaliento”
mantienen como tema estratégico en el debate, unas sillas en el
Consejo de Ministros. Para algunas políticas y políticos con visión
del estado como poltrona, o como salvavidas a una ejecutoria que
amaga naufragio, acceder a ellas bien valen una nueva cita electoral…
Aunque
haya quien invoque que no es sino la voluntad de tutelar la misión
histórica que la Divina Providencia encomendó al Guardián de la
Esencias y su segunda al mando.
La
visión
de repetir la historia, ya escrita como tragedia para Madrid, o como
miserable farsa para España hoy, es recurrente y trae a la memoria
la frase de André Maurois, “Los seres mediocres pueden ser
grandes sólo por lo que destruyen”.
*Antonio
Campos Romay ha sido diputado en el Parlamento de Galicia.
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