miércoles, 10 de febrero de 2021

¿UN NUEVO CONTRATO SOCIAL?

Buscamos la certeza porque deseamos la seguridad, pero en la realidad todo es incierto.

Werner Heisenberg demostró en la teoría cuántica, que se puede afirmar que en cualquier medición hay un elemento de incertidumbre. 

Trasladado este concepto físico-matemático al terreno social y a la actual pandemia, nos explica porque no podemos resolver o al menos corregir con exactitud y equilibrio, al mismo tiempo y con los actuales instrumentos económicos y políticos, la salud y la economía. 

El COVID en muy pocas semanas evidenció globalmente esos conceptos. Esto es algo así como prescribir un tratamiento médico para combatir unos síntomas, pero no valorar las razones y causas que los originan.

Se sigue insistiendo y defendiendo por los conservadores, en utilizar las mismas estrategias y medidas económicas para un mundo que ya ha cambiado.

Decía Einstein que, si buscamos resultados diferentes, no podemos hacer siempre lo mismo. No habrá un cambio real sin la cooperación y acuerdos internacionales.  Entre ellos, el proteger los bienes y servicios comunes y esenciales, porque la mundialización ha generado un divorcio entre poder y la política en palabras de Bauman.

El proyecto neoliberal lleva detrayendo desde hace años recursos económicos y de personal de los servicios públicos, a través de privatizaciones: en la sanidad, la educación, o las pensiones, que, en el actual sistema dominante, nos convierte a todos y por igual en simples y codiciadas mercancías.

“La sanidad pública no son costos o cargas, sino bienes preciados, activos indispensables, que deben ser puestos fuera de las leyes del mercado”, ha dicho Emmanuel Macrón, presidente de Francia.

Cuando pase la pandemia lo más probable es un nuevo capitalismo salvaje, nos predice Slavoj Zizek. 

¿Cuánto sufrimiento, desigualdad, falta de empleo, horizonte de futuro para los más jóvenes, miedos, y propaganda mediática, seremos todavía capaces de aguantar?

No olvidemos que ese capitalismo no necesita de la democracia política, porque es la dictadura económica y se sustenta en la desigualdad de oportunidades. Aquellos que deseamos que el mundo cambie no podemos esperar que lo hagan otros.

He leído muchas veces que: “no todo lo que hay que hacer para cambiar el mundo lo tienes que hacer tú, pero hay algo que si tú no lo haces nadie lo hará”.

Luis Toxo Ramallo. Exparlamentario gallego.

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